Al descubierto

  • V.O.: She said
  • Dirección: Maria Schrader
  • Guion: Rebecca Lenkiewicz (Libro: Jodi Kantor, Megan Twohey)
  • Intérpretes: Zoe Kazan, Carey Mulligan, Patricia Clarkson, Samantha Morton, Ashley Judd, André Braugher, Adam Shapiro
  • Género: Drama
  • País: EEUU
  • 135 minutos
  • El 28 de diciembre en cines

«En 2017 dos reporteras del New York Times, Megan Twohey y Jodi Kantor, publicaron una investigación periodística sobre los abusos sexuales del famoso productor Harvey Weinstein que desencadenó el movimiento #Metoo en todo el mundo y rompió décadas de silencio sobre el tema de las agresiones sexuales en Hollywood.»

Por Elisa McCausland y Diego Salgado

Apenas una semana después de que se haya dictado la segunda condena contra Harvey Weinstein por delitos sexuales, llega a la cartelera española Al descubierto, ficción dramática sobre las pesquisas periodísticas que expusieron a la luz en 2017 las actividades criminales del productor, responsable al frente del estudio Miramax de títulos tan afamados como Shakespeare enamorado (1998), Gangs of New York (2002) y Kill Bill (2003-04).

Las pesquisas fueron llevadas a cabo por las reporteras Jodi Kantor y Megan Twohey. Su serie de artículos sobre las víctimas de Weinstein para el diario The New York Times les procuró el Pulitzer, fue esencial para la expansión mundial del movimiento #MeToo y desembocó en un libro, She Said —publicado el año pasado en nuestro país por la editorial Libros del K.O.—, que ha servido de inspiración a la película que nos ocupa.

En el prólogo de She Said, Kantor y Twohey afirman que su libro va más allá de descubrirnos los entresijos concretos de su investigación acerca de Weinstein. Entre sus objetivos han figurado además «dejar constancia de lo que es verdad en una época en la que ese concepto se ha fracturado (…) aportar información sobre un sistema legal y una cultura corporativa que contribuyen a silenciar a las víctimas de abusos sexuales (y) dar cuenta de los motivos que llevan a algunas mujeres a denunciar esas situaciones mientras otras eligen no hacerlo, y analizar los matices del cómo, el cuándo y el por qué de una y otra elección».

Dichos matices son importantes para apreciar Al descubierto más allá de su (indiscutible) condición de producto a mayor gloria del Hollywood progresista y los Oscar, en la estela del modelo que instauró Todos los hombres del presidente (1976) y han actualizado las recientes Spotlight (2015) y El escándalo (2019), junto a la que Al descubierto conforma un interesante díptico sobre la era del #MeToo. Vale la pena señalar cómo el cine de juicios ha perdido terreno en el imaginario comercial de los últimos años frente al del activismo periodístico y social, claro indicio de un deterioro en la confianza que solíamos depositar en las instituciones públicas y sus representantes.

La guionista británica Rebecca Lenkiewicz, firmante previa de muestras de feminismo mainstream como Desobediencia (2017) y Colette (2018), apela en Al descubierto a todos los tópicos y limitaciones del subgénero periodistas contra lo establecido: protagonistas definidas con cuatro brochazos, un intento más o menos logrado por traducir montañas de información en términos narrativos, la alternancia de alegrías y decepciones en la progresión del caso, el giro decisivo in extremis de los acontecimientos y la conclusión agridulce.

Lo destacable es cómo Lenkiewicz imbrica en una estructura tan codificada las consideraciones de Twohey y Kantor en torno a la impunidad de los poderosos, que trasciende la gravedad de los delitos que se permiten cometer y engloba su capacidad para imponer a través de las estructuras sociales y económicas una percepción normalizada de la realidad por monstruosa que sea; una percepción que resulta difícil subvertir sin una deconstrucción en profundidad de nuestras servidumbres.

En este sentido, el tratamiento respetuoso de todos los personajes implicados, también los reacios a hablar con las periodistas como la trabajadora de Miramax Rowena Chiu (Angela Yeoh) y el ejecutivo del estudio Irwin Reiter (Zach Grenier), pone de manifiesto que Al descubierto no aspira a ser una epopeya en la que Kantor (Zoe Kazan) y Twohey (Carey Mulligan) luchan obsesivamente contra viento y marea, sin que les tiemble el pulso, en pos de un bien mayor: dejar al descubierto, como resalta el título español, el trato vejatorio de Weinstein hacia actrices y subordinadas. No nos hallamos ante una aventura desmesurada en la que los medios y las personas que salen al paso de nuestras protagonistas son sacrificables en el altar de una causa justa.

Como indica el título original, ese especulativo Ella dijo heredado del libro de las periodistas, la película es una apología de la ética, el rigor y la empatía en la gestión de los medios como fin en sí mismo considerado; un trabajo periodístico anclada en la cotidianidad, con sus vertientes rutinarias y un trasfondo turbio, en el que la generosidad a la hora de atender a los testimonios y también a los silencios, con paciencia y sin prejuicios, es básica para que los reportajes publicados no constituyan una exclusiva espectacular, un cierre en falso, sino la prueba palpable de que las cosas podrían ser de otra manera.

Esa filosofía se traslada a la producción de Al descubierto, y no solo porque actrices reales involucradas en el caso —Ashley Judd, Gwyneth Paltrow— hayan tenido la oportunidad de asomarse al encuadre en la medida de sus posibilidades, prestando su rostro o tan solo su voz según el grado de participación en el proyecto que han podido asumir. Además, la directora alemana Maria Schrader aborda cada encuentro de las periodistas con las mujeres agredidas por Weinstein cuyas declaraciones quieren recabar con una puesta en escena diferente, que ilustra la psicología particular de cada una, su modo singular e intransferible de procesar las experiencias vividas por ellas mismas o sufridas por sus colegas, y de comunicarlas a sus interlocutoras.

Parece evidente que, como la guionista Rebecca Lenkiewicz, Maria Schrader ha sido fichada por los productores de Al descubierto para otorgar un plus de legitimidad feminista a la película y propiciar una reflexión sutil sobre los vínculos complejos de la comunidad judía con el show business y los medios de comunicación. La anterior realización de Schrader, El hombre perfecto (2021), ganadora de cuatro premios de la Academia del Cine Alemán, revisaba con ingenio la posfeminista Fabricando al hombre perfecto (Susan Seidelman, 1986) en sintonía con el presente feminismo de cuarta ola, mientras que la serie Unorthodox (2020) constituía una crítica al orden tradicional judío desde el punto de vista de una nueva generación.

En Al descubierto, escenas como el testimonio de una asistente de Harvey Weinstein, Zelda Perkins (Samantha Morton), diez minutos de metraje que combinan un retrato de devastación personal en primera persona con un aterrador flashback conjugado en tercera, revelan que Schrader ha asumido el encargo con más intención de lo que puede dar a entender una lectura superficial de su labor. En resumidas cuentas, Al descubierto es una propuesta coyuntural y con el grado justo de inspiración, pero sobrada de profesionalidad, con una política coherente de las imágenes, y emocionante por su reivindicación de la sororidad como arma cargada de futuro.

  • Fotografía: Natasha Braier
  • Montaje: Hansjörg Weißbrich
  • Música: Nicholas Britell
  • Distribuidora: Universal Pictures