Aquellos que desean mi muerte


(Those who wish me dead)

  • Dirección: Taylor Sheridan
  • Guion: Taylor Sheridan, Michael Koryta, Charles Leavitt
  • Intérpretes: Angelina Jolie, Jon Bernthal, Nicholas Hoult, Aidan Gillen, Tyler Perry
  • Género: Thriller
  • País: EEUU
  • 100 minutos
  • En salas el 7 de mayo

Un adolescente testigo de un asesinato es perseguido por dos asesinos gemelos a través de las tierras salvajes de Montana. Aunque cuenta con una experta de la supervivencia para evitar que los secuaces le den caza, un incendio cercano pronto amenaza con robar la vida de todos los implicados.

Por Elisa McCausland y Diego Salgado

Como las anteriores producciones escritas y/o dirigidas por Taylor Sheridan —entre ellas Comanchería (2016), Wind River (2018) y la serie Yellowstone (2018-)—, Aquellos que desean mi muerte es, sobre todo, un estudio de personajes obligados por una grave crisis a plantearse el lugar que ocupaban en el mundo, y una reflexión sobre lo que queda hoy por hoy de géneros e imaginarios tradicionales del audiovisual estadounidense.

Así, Aquellos que desean mi muerte se articula como mezcla de western y neo-noir en torno a dos mercenarios a los que instancias corruptas han contratado para quitar de enmedio a un contable que sabe demasiado. Los criminales siguen la pista a su objetivo, que ha huido con su hijo a los bosques de Montana; pero allí se toparán con un sheriff y una bombera forestal —Hannah, encarnada por Angelina Jolie— que tratan de impedir que se salgan con la suya.

« Conviene que el espectador disfrute de ella como un noir con espíritu de serie B o como un thriller de sobremesa. Si se la toma tan en serio como Taylor Sheridan, corre el riesgo de llevarse una gran decepción »

Realizada y coescrita por Sheridan a partir de una novela de Michael Korita, Aquellos que desean mi muerte se lo juega todo a un reparto de rostros conocidos, y a una narración breve y sincrética que intenta hacer sitio en hora y media a la violencia brutal que despliegan los asesinos a sueldo y la réplica desesperada de sus oponentes; a la descripción de una comunidad alejada del mundanal ruido; a una protagonista cuyo desequilibrio psicológico tiene que ver tanto con sucesos traumáticos del pasado como con la incomprensión de quienes la rodean; y al espectáculo que propicia la amenaza, por supuesto materializada, de un incendio forestal.

Sin embargo la película, y esto también es una constante en Taylor Sheridan, está por debajo de su continua impostación de dramatismo y trascendencia. En Aquellos que desean mi muerte lo sincrético deviene en demasiados momentos confusión y agobio, la manera de profundizar en las emociones de los personajes es digna de un best-seller, y algunas situaciones bordean el ridículo —véase, por poner un solo ejemplo, la discusión nocturna junto a la orilla de un río—.

Ni siquiera el empeño por condensar las muchas vertientes de la ficción en Hannah, interpretada al fin y al cabo por la estrella de la película, surte el efecto de prestar solidez a lo contado. Más allá de la iconicidad de su rostro y del deleite indisimulado con que se abandona al sadomasoquismo —una de sus señas de identidad también como directora—, Angelina Jolie no da el tipo, ni como profesional abnegada, ni como mujer al límite.

Que en última instancia lo más sugerente del relato sean los villanos de la función y el carisma con que matan y debaten sus opciones, dice mucho sobre lo fallido de la propuesta. Conviene que el espectador disfrute de Aquellos que desean mi muerte como un noir con espíritu de serie B o como un thriller de sobremesa. Si se la toma tan en serio como Taylor Sheridan, corre el riesgo de llevarse una gran decepción.

  • Fotografía: Ben Richardson
  • Montaje: Chad Galster
  • Música: Brian Tyler
  • Distribuidora: Warner Bros