Bill y Ted salvan el universo


(Bill & Ted Face the Music)

  • Dirección: Dean Parisot
  • Guion: Chris Matheson, Ed Solomon
  • Intérpretes: Keanu Reeves, Alex Winter, William Sadler, Samara Weaving, Brigette Lundy-Paine, Kid Cudi
  • Género: Comedia
  • País: EEUU
  • 91 minutos
  • Disponible en Movistar+

A dos aspirantes a rockero de San Dimas, California, les aseguraron una vez no hace mucho tiempo que serían los salvadores del mundo después de protagonizar un viaje en el tiempo, pero la realidad es que hoy son padres de mediana edad que pasan los días tratando de componer una canción que valga la pena y de hacer que su destino se haga realidad.

Por Roberto Morato

Existe una ley cinematográfica no escrita que establece la imposibilidad de realizar una secuela de una comedia de éxito y que no se convierta en un fracaso artístico en toda regla. Ya sea por la repetición de la fórmula cómica o por separarse de la receta original, pocas son las continuaciones que han logrado superar esta regla de oro no escrita. Precisamente una de las pocas que logró esquivar esta maldición fue El alucinante viaje de Bill & Ted que ampliaba el espectro fantástico en el que se movían los dos personajes sin perder un ápice del candor e ingenuidad de la película original. Treinta años después de aquel largometraje, llega Bill & Ted salvan el universo, la tercera entrega de la saga que precisamente reflexiona sobre el paso del tiempo y el lugar que ocupan en nuestra realidad los personajes principales de los dos largometrajes anteriores.

«Encantadora candidez, sin ironía posmoderna»

Los verdaderos artífices de la trilogía, el dúo creativo de guionistas formado por Chris Matheson y Ed Solomon, sitúan a sus dos protagonistas en la interesante y reconocible tesitura de afrontar la madurez de su vida habiendo fracasado en sus objetivos y siendo incapaces de cumplir la profecía que se les pronosticaba en las dos películas anteriores. Bill & Ted siempre han representado el espíritu de la Generación X, a la que se le prometió cambiar el mundo y a la que el paso del tiempo se ha llevado por delante. Su verso libre y particular manera de vivir nunca encajó con un sistema construido para aprisionar al individuo. Su espíritu slacker se representa en la película en su particular trama como pareja cómica, buscando el escapismo en torno cualquier tipo de responsabilidad, viajando hacia adelante en el tiempo para solucionar su vida siempre por la vía del mínimo esfuerzo. Keanu Reeves y Alex Winter despojan a sus personajes de cualquier tipo de ironía posmoderna y afrontan con encantadora candidez el paso del legado generacional hacia sus respectivas hijas —espectacular descubrimiento el de Brigette Lundy-Payne que clava una imitación perfecta de Keanu Reeves sin perder la compostura a la hora de recrear un personaje nuevo con entidad propia— con la comprensión de que la capacidad de cambiar el mundo ya no está en sus manos, sino en el de las generaciones que nos suceden.

Bill y Ted salvan el universo es una de esas raras avis, donde una secuela legado no sólo es capaz de entablar diálogo de forma natural con las películas originales —básicamente es la unión narrativa de los dos largometrajes anteriores donde las hijas se apuntan a un pseudoremake de Las alucinantes aventuras de Bill & Ted, viajando por el tiempo para formar la banda de música más alucinante de toda la historia— sino que es capaz de arrojar algo de luz sobre nuestro presente. Puede que el tiempo haya atropellado nuestros sueños de juventud y ansias por cambiar el mundo pero esos mismos anhelos siempre vivirán en las generaciones futuras.

  • Fotografía: Shelly Johnson
  • Montaje: Don Zimmerman
  • Música: Mark Isham