El suplente

  • Dirección: Diego Lerman
  • Guion: Luciana De Mello, Diego Lerman, María Meira.
  • Intérpretes: Juan Minujín, Alfredo Castro, Bárbara Lennie, Renata Lerman, Brian Montiel
  • Género: Thriller
  • País: Argentina
  • 110 minutos
  • El 13 de enero en cines

«Lucio es profesor en la carrera de Letras de la prestigiosa Universidad de Buenos Aires. La vida académica, sin embargo, ya no lo motiva: quiere llevar su conocimiento donde pueda hacer una diferencia, como enseñar literatura en un barrio de la periferia de una zona marginal del conurbano bonaerense. Lucio deberá apelar a todo su ingenio para sacar adelante sus clases y al mismo tiempo, cruzará todo tipo de límites morales y prejuicios sociales para intentar salvar a Dylan, su alumno favorito, quien es perseguido por un grupo narco en busca de venganza.»

Por Elisa McCausland y Diego Salgado

Aunque el cine español pudo presumir de 2022 como año histórico en términos de cantidad y calidad técnica de sus realizaciones, el cine latinoamericano volvió a llevarse el gato al agua por lo que respecta a exploración formal y conciencia política. Buena prueba de ello fueron las películas de ambos lados del Atlántico programadas en la última edición del Festival de San Sebastián, escenario inmejorable para que unas y otras producciones comparen cada temporada su estado de salud.

Entre los títulos destacados finalmente por el palmarés de la edición se contaron Los reyes del mundo, de la colombiana Laura Mora; Pornomelancolía, del argentino Manuel Abramovich; y la película que ahora nos ocupa, El suplente, realizada por el asimismo argentino Diego Lerman. Se da la circunstancia curiosa de que el aspecto de El suplente premiado por San Sebastián es anecdótico: la interpretación de la adolescente Renata Lerman, hija del guionista y director del filme.

Aunque la actuación de Renata Lerman es correcta, la película atesora otros valores más reseñables. Como ha sucedido en casi todas las películas previas de Diego Lerman —de Tan de repente (2002) a Una especie de familia (2017) pasando por Mientras tanto (2010) y La mirada invisible (2016)—, el protagonista de El suplente es un individuo en conflicto sordo con cuanto le rodea, al borde siempre del abismo. En El suplente, el personaje inestable en cuestión es Lucio (excelente Juan Minujín), un aspirante frustrado a marido, padre y novelista a quien la coyuntura económica obliga a ganarse la vida como profesor interino en un instituto público de Buenos Aires.

La idea distorsionada de sí mismo que arrastra Lucio debido a un padre que ejerce como modelo irreprochable de conducta y unas ambiciones artísticas que no le han procurado el éxito, se darán de bruces con una vida estudiantil marcada por la exclusión social de los alumnos y el desprecio hacia sus clases de literatura. Lucio habrá de elegir entre estancarse en una mentalidad de pater familias y clase media que ya no tiene sentido en el siglo XXI, o reinventarse de acuerdo con las necesidades de quienes surgen a su encuentro y pueden ayudarle en última instancia a redirigir sus pasos hacia otros horizontes de la existencia.

Como puede deducirse de esta sinopsis argumental, El suplente es una película realista, teñida incluso de cierto miserabilismo estético cuando Lucio deja a un lado librerías y lofts de diseño y se adentra en las zonas marginales de la ciudad, donde malviven muchos de sus alumnos y sus familias. Pero, lejos de funcionar en el tono monocorde y buenista que suele malograr este tipo de aproximaciones a la cotidianidad, El suplente hace gala de una empatía notable para con todos los personajes sea cual sea su condición; plasma un retrato nada complaciente de una clase creativa que, tanto da si en Argentina o en otras latitudes, ha perdido el contacto con el mundo de hoy y es presa de la soberbia moral; y su descripción de Lucio es de una gran perspicacia psicológica.

La puesta en escena de Diego Lerman revela que el argumento de fondo de la película es el dilema íntimo de alguien ante el reto de trascender el papel que se le ha asignado como suplente laboral pero también generacional, emocional y político. La atención del formato panorámico por los reflejos, los cristales nítidos o borrosos según las situaciones, la distorsión de los rasgos de Lucio y los escenarios que transita, el reemplazo en momentos decisivos de ventanas opacas por visillos al viento, hacen del profesor una figura caleidoscópica idónea para hablar de todos nosotros; de más de una generación condenada por el signo de los tiempos a la irrelevancia, cuya única oportunidad de redención estriba en la encrucijada planteada por el célebre adagio de J.F. Kennedy: «no te preguntes qué puede hacer el mundo por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por el mundo».

  • Fotografía: Wojciech Staron
  • Montaje: Alejandro Brodersohn
  • Música: José Villalobos
  • Distribuidora: A Contracorriente