Introduction

(Inteurodeoksyeon)

  • Dirección: Hong Sangsoo
  • Guion: Hong Sangsoo
  • Intérpretes: Shin Seok-ho, Park Mi-so, Kim Min-hee, Kim Young-ho
  • Género: Drama
  • País: Corea del sur
  • 66 minutos
  • Ya en salas

Charlotte Gainsbourg observa a su madre, Jane Birkin, como nunca lo ha hecho, sin reservas. Usando una cámara, se exponen mutuamente y dan pasos en falso, dejando espacio para que se desarrolle una relación maternofilial. 

Por Nicolas Truffinet

Incluso un fan acérrimo de Hong Sangsoo puede encontrar que su entusiasmo disminuye ligeramente. Así ocurría hace unos años, cuando teníamos la sensación de que la crítica se mostraba un tanto ditirámbica y mecánica frente a cada nuevo filme de Sangsoo, y la más mínima modulación (¿un personaje llora?, ¿no llora?) conducía a una lluvia de elogios y a un lugar preferente en las listas de éxitos de fin de año. Después el entusiasmo se disipó. En la playa sola de noche (con su heroína de regreso del exilio) y La mujer que escapó volvieron a un cine tal vez más sustancial: amargura existencial, elecciones vitales complicadas y la dureza en las relaciones entre los personajes. En comparación, Introduction parece ser fruto de otra vena del director: la que lo mueve a poner en escena, con un gran ritmo, breves historias llenas de gracia basadas en un puñado de ideas, un personaje o una interacción inusual. Historias diminutas, pero en las que uno siempre encuentra algo.

Nueva juventud

Hay varias cosas que no son insignificantes aquí. ¿Cuándo fue la última vez que Hong Sangsoo mostró a gente muy joven, posadolescente? En The Power of Kangwon Province, hace más de veinte años… Lo que sí es cierto es que la mirada ha cambiado: no del todo amistosa, a veces burlona. El chico con sus abrazos inoportunos, la chica y su amor a la vez inmenso y vacilante, ambos ligeramente tontorrones: el cineasta reconoce una distancia, incluso una falta de comprensión. Y luego está esa manera puntillista y fuera de lo común con la que se plantea todo: un padre algo distante, en la consulta de su médico; un paciente, un asistente, tantos centros posibles que pronto dejan de serlo. La película avanza así, en secuencias que se suceden, con bastante incomodidad por doquier. Mencionemos a la chica que está en Berlín y tiene que encontrarse con su novio, que acaba de volar para ir a verla, y a su madre, a su lado, que no cree que aquello sea del todo apropiado. Una comida en la que se emborrachan con una madre, otra (esto también es nuevo en HSS, esta presencia tan fuerte de las madres) y una amiga suya que se supone que da consejos profesionales, una situación que todos hemos vivido y que sabemos que es, nueve de cada diez veces, embarazosa para todos. ¿Y habíamos visto alguna vez un perdigón, un verdadero perdigón, en la pantalla?

Más en serio, también hay una elipsis y algo de melodrama inesperado al final (algo nuevo en el director) con la enfermedad de la joven. Es prodigioso ver que todo está en cierto sentido «fuera» (fuera de cómo se desarrollarían estas escenas, «en la vida») y, al mismo tiempo, ver que en un nivel más profundo todo esto, los personajes y sus historias, existen. 

¿Se está cayendo en la trampa señalada anteriormente de escoger pequeñas peculiaridades en cada nueva obra que bastan para confirmar, a riesgo de resultar cansino, a un genio? Tal vez. Pero es preciso decir que esas particularidades resultan aquí inspiradoras e inspiradas. También hay que mencionar la importancia cada vez mayor del motivo de la expatriación en la filmografía de este cineasta que, como Weerasethakul en Memoria (con quien esta Introduction también comparte un desconcertante arte de contar historias), reconoce su carácter cosmopolita. No cabe duda de que sus próximas películas nos darán la oportunidad de hablar de esto. 

  • Fotografía: Hong Sangsoo
  • Montaje: Hong Sangsoo
  • Música: Hong Sangsoo
  • Distribuidora: Atalante