Psycho Goreman


(Psycho Goreman)

  • Dirección: Steven Kostanski
  • Guion: Steven Kostanski
  • Género: Comedia, fantástico, terror
  • País: Candadá
  • 92 minutos
  • Disponible en Movistar+

Las hermanos Mimi y Luke resucitan por error a un señor de la guerra alienígena. Empleando un amuleto mágico fuerzan al monstruo a obedecer sus infantiles deseos, lo que acaba atrayendo a su pequeño barrio de los suburbios a un ejército de asesinos intergalácticos

Por Pablo Conde

¡Alto! Háganse un favor: dejen todo un segundo, vean el trailer de Psycho Goreman y vuelvan. Está aquí abajo, no le tengan miedo. Los esperamos con algo de música funcional. Tu-turuuu.

¿Listo? Bueno, eso es el 5% de la hermosa locura que es Psycho Goreman en su conjunto, en cuyo ADN se ven rastros de series tokusatsu como Kamen Rider o Super Sentai —por ende, los Power Rangers— y la mismísima El vengador tóxico, con el gore-o-metro midiendo niveles similares a Mal gusto o Braindead: Tu madre se ha comido a mi perro. Pero mejor dejemos de lado las referencias, al menos un momento.

La yuxtaposición de dos ideas opuestas suele ser un buen punto de partida para la comedia: ver como ejemplo todas las buddy movies o películas de parejas desparejas que ha dado el cine, desde Laurel y Hardy a nuestros días. Entonces, ¿qué mejor contrapunto puede tener el ser más sádico de la galaxia, una bestia imparable nacida para destruir, que una niña de doce años que lo domina a través de una misteriosa gema? No, no es una película infantil, aunque el protagonismo de la —¿demasiado?— histriónica Mimi, su temeroso hermano Luke, apenas mayor y el cerebrito Alastair lo sugieran: la llegada del Archiduque de las Pesadillas será el comienzo de una aventura salvaje, sumamente disparatada, ideal para ver en grupo con todas las amistades posibles y reír a carcajadas así, de manera multitudinaria, como si estuviéramos en el cine. O, aún mejor: en el autocine, para que la fiesta sea mayor.

«Una aventura salvaje, sumamente disparatada, ideal para ver en grupo. Con una frescura que muchos deberían envidiar, mezclando géneros, Psycho Goreman es una película absolutamente moderna que opta por replicar aquel espíritu juguetón y díscolo de los ochenta o noventa. ¡La película de culto que necesitábamos!

Astron 6 es el nombre de una compañía canadiense compuesta por cinco cineastas con devoción extrema por el cine de culto en su amplia acepción, algo que se refleja en su obra en conjunto, plagada de excesos en formato corto y en los tres largometrajes corales: el collage demente de Manborg, la marcada con el sello de Troma, Father´s Day y ese neo giallo á la ZAZ que es The Editor. Allí comenzó su carrera Steven Kostanski, dirigiendo y codirigiendo las dos primeras, haciendo los efectos especiales de la tercera. Después vendría el gran guiño a Carpenter llamado El vacío —dirigido a la par de Jeremy Gillespie, también de Astron— y Leprechaun Returns, ya separado de sus amigos, en busca de nuevos horizontes, con los pies dentro de las pantanosas aguas de las franquicias. Hasta que se le apareció la imagen de un monstruo tocando la batería, origin story de Psycho Goreman, la película de culto que necesitábamos, sin saberlo.

Si el punto de partida es la yuxtaposición de sus protagonistas —el irónico monstruo brutal con dientes de piraña, recorrido por una marca fosforescente, la cínica niña preadolescente, fuerza arrolladora de la naturaleza—, el mashup es su refuerzo, lo que la dota de una frescura que muchos deberían envidiar, mezclando géneros (de la ciencia ficción a la aventura, del gore extremo a la comedia ridícula), llevándose puesta su propia lógica narrativa (pudiendo saltar abruptamente a una secuencia de montaje con excusa musical o a imitar un comercial televisivo, para retomar como si nada): estamos ante una película absolutamente moderna que opta por replicar aquel espíritu juguetón y díscolo de los ochenta o noventa, que permitía que existieran películas imperfectas que sólo buscaban divertir, sin tramas complejas —o siquiera coherentes—, en las que los juguetes podían tomar vida para quitársela a la gente, los robots gigantes batallaban delante de chromas o pantallas verdes imposibles, los extraterrestres podían entrar por el sistema de cable satelital y abundaban los ghoulies, trolls, creepozoids, y demás subespecies.

Sí, PG es una película “tonta”, pero para nada poco inteligente: en una época en la que imperan los tonos fríos y apáticos, en la que la mayoría de los productos audiovisuales están cargados de gravedad y seriedad, tomándose muy en serio a sí mismos, Kostanski elige el camino del humor, sin dejar de probar cuanto chiste o situación graciosa se le ocurre, aún reflotar algunos de sus personajes pasados, como Bio Cop: los excesos, ¡qué seríamos sin ellos! Todo un profesional del maquillaje, tras haber trabajado en grandes producciones como It, La cumbre escarlata o la serie Hannibal, Kostanski usó astutamente a su favor las restricciones presupuestarias, transformándolas en una ventaja en lugar de un problema, al acentuar la artificialidad de los efectos y los prostéticos, haciendo que los monstruos se vean de goma, potenciando el efecto humorístico.

El resultado final se puede ubicar en algún punto equidistante entre la recientemente rescatada Tammy and the T Rex, el gorefest de Street Trash: Violencia en Manhattan, y aquel sublime OVNI llamado The Greasy Strangler, pero protagonizada por la versión femenina, empoderada y moderna del pequeño de Este chico es un demonio. Sí, no sólo se trata de coordenadas, sino de recomendaciones. O algo así.

Despejando todo lo que puede sobrar, dejando de lado detalles como la corrección política y el buen gusto, Psycho Goreman es un ejercicio de nostalgia bien aplicada que busca replicar una tradición cinematográfica más accidental que planeada, pero lo hace con la inteligencia y sensibilidad (que sí, la tiene y mucha, aunque haya quienes no la sepan ver) de los iniciados. Eso se celebra. Y fuerte. Hay que repetirlo varias veces ¡llegó la película de culto que necesitábamos!

  • Fotografía: Andrew Appelle
  • Montaje: Andrew Appelle, Steven Kostanski
  • Música: Blitz//Berlin