Aro berria

  • Dirección: Irati Gorostidi
  • Guion: Irati Gorostidi
  • Intérpretes: Maite Mugerza, Edurne Azkarate, Óscar Pascual López, Jon Ander Urresti, Jan Comet, Oliver Laxe…
  • País: España
  • Género: Drama
  • 102 minutos
  • Ya en cines
  • «Donostia, 1978. Los trabajadores de la fábrica de contadores de agua se reúnen en asamblea para debatir una huelga que finalmente no prospera. Decepcionados, los más inconformistas dirigen sus aspiraciones de transformación social hacia ámbitos más íntimos. Algunos abandonan la fábrica y se integran en una comunidad aislada en las montañas, donde decenas de jóvenes emprenden una intensa búsqueda a través de experiencias catárticas compartidas.»

Por Diego Salgado & Elisa McCausland

De todas las películas programadas en la sección New Directors de la última edición del Festival de San Sebastián, puede que Aro berria fuese la inclusión más pertinente por su radicalidad, por la sensación que transmite de hallarnos ante un artefacto verdaderamente novedoso, insólito en el cine comercial o autoral de hoy. Como ha explicado su máxima responsable, Irati Gorostidi, «hay una serie de marcos, de fórmulas, de preguntas a las que tienes que someter siempre un proyecto (…) pasas por laboratorios, residencias y tienes que presentar la película a una infinidad de subvenciones y fondos (…) Aro berria es una intrusa».

Es cierto que la directora vasca ya había abordado en los cortometrajes San Simón 62 (2022) y Contadores(2023) los conceptos básicos tratados en este su primer largometraje; pero en Aro berria les aplica un tratamiento más experimental, que puede desconcertar al espectador si no es consciente de que la mayor parte de los trabajos realizados por Gorostidi hasta la fecha están tan vinculados al cine como a las artes escénicas y las tendencias audiovisuales de vanguardia.


Lo más interesante es cómo ese talante formal rupturista resulta ser una muestra ejemplar de coherencia a la hora de poner en valor los argumentos que propone Aro berria, basados en hechos reales con trasfondo político y autobiográfico. La realizadora ha investigado durante diez años la llamada Comunidad del Arco Iris, a la que pertenecieron durante un tiempo sus propios padres; un proyecto comunitario surgido en el País Vasco durante la Transición, que trataba de contraprogramar tanto los valores tradicionales —familia, Estado, propiedad privada— heredados del franquismo, como una lucha política y sindical por parte de la izquierda que iba a desembocar en la frustrante cultura del consenso democrático, puesta en jaque únicamente a lo largo del último medio siglo por el 15-M.


A través de un grupo de personajes jóvenes imbricados en una ficción afín al registro documental, construida a partir de testimonios orales, escritos y gráficos, Aro berria recrea, con tanta simpatía como distancia cuando Gorostidi lo cree necesario, las dinámicas de la Comunidad del Arco Iris, propias de los movimientos sociales de los años setenta y las filosofías New AgeAro berria es traducible precisamente en castellano como Nueva Era—: la apuesta sin ambages por los misterios de la conciencia y la sexualidad, la comprensión alternativa de nuestros cuerpos y el mundo que nos rodea, la invocación de la catarsis colectiva y la iluminación espiritual…

En la medida de lo posible, Gorostidi ha erigido la película sobre la marcha, alternando lo preparado y la improvisación, la representación y lo vivido durante el rodaje por los intérpretes en sintonía con lo que se experimentaba en su época, con una filmación en celuloide que aporta gravitas y sensualidad a las imágenes y un formato panorámico gracias al cual fluye con más organicidad el movimiento de los cuerpos humanos en el encuadre. Esto último es fundamental dado que Aro berria no funciona en muchos momentos a modo de narración dramatizada de sucesos, sino como exploración de las prácticas que tenían lugar en la Comunidad del Arco Iris por la vía del carácter performativo de, al menos, cuatro escenas. De esta forma, los éxtasis sensoriales vividos en común por los integrantes del colectivo se transmutan en un éxtasis de los actores y, por extensión, del celuloide, abandonado a minutos de sinestesia entre lo mostrado en las imágenes y los sentidos del espectador.

Aunque la propuesta de Gorostidi peca en ocasiones de agotadora, el saldo global es de lo más estimulante y, además, no se queda en ejercicio de cine arty y/o nostálgico. Aro berria ahonda en cuestiones vitales ahora mismo para la ciudadanía del siglo XXI, abocada con la crisis de proyectos europeístas y progresistas varios a preguntarse cuál es el camino a seguir: ¿una lucha política más autoconsciente? ¿El abandono de una esfera pública/virtual viciada en pos de alguna expresión de trascendencia en los márgenes, a poder ser teñida de materialidad? ¿La adaptación a un nuevo paradigma social plagado de incógnitas? Aro berria plantea estos dilemas sin adoctrinar en torno a la respuesta correcta, pues la solución a la encrucijada en que nos hallamos, la concreción de esa utopía que siempre nos elude, puede que esté precisamente en persistir como Irati Gorostidi en la búsqueda, la indagación, el experimento, frente a la insistencia en certezas programáticas que, antes o después, acaban por delatar todas sus imposturas.

  • Montaje: Ariadna Ribas
  • Fotografía: Ion de Sosa
  • Distribuidora: Elástica