El agente topo

El agente topo

  • Dirección: Maite Alberdi
  • Guion: Maite Alberdi
  • Documental
  • País: Chile
  • 84 minutos
  • Desde el 19 de marzo en cines

Rómulo es un investigador privado al que le ha llegado el caso de una mujer preocupada por el trato que puede estar recibiendo su madre en una residencia de ancianos. Para descubrir qué es lo que está ocurriendo en ese lugar, decide contar con la ayuda de Sergio, un hombre de 83 años al que utilizará como espía dentro de este asilo. Mientras intenta reunir todo tipo de pruebas, entabla amistad con varios residentes. De esta forma, descubre que la terrible verdad que estaban buscando no tiene nada que ver con lo que habían sospechado.

Por Manuel J. Lombardo

Han querido las circunstancias que El agente topo, cuya carrera de premios y reconocimientos incluye una flamante nominación al Oscar en la categoría documental, circule por medio mundo con su mensaje bienintencionado sobre la necesidad de mirar y escuchar al colectivo de la tercera edad justo cuando la pandemia ha sembrado de cadáveres esas mismas residencias de ancianos que, como aquí, sirven de escenario para un singular juego metaficcional con guiños al género de espías y detectives. 

La cinta chilena de Maite Alberdi redobla así los efectos sentimentales de su moraleja humanista para poner en solfa a esa sociedad que ha decidido que, llegado el momento, es preferible abandonar a los viejitos a los cuidados de enfermeras y asistentes sociales en recintos acotados e infantilizados en sus actividades y rutinas diarias, que acompañarlos en su vida cotidiana en sus hogares o junto a sus familiares más cercanos. 

Disfraza su condición documental de un juego de género cuyo dispositivo bascula entre las (falsas) pesquisas de un anciano infiltrado y el retrato frontal, cálido, cercano y directo de algunos de esos ancianos

El agente topo disfraza su condición documental de un juego de género cuyo dispositivo bascula entre las (falsas) pesquisas de un anciano infiltrado (Sergio Chamy) con la misión de destapar las miserias de la vida residencial, y el retrato frontal, cálido, cercano y directo de algunos de esos ancianos, la mayoría mujeres, que viven sus soledades, sus nostalgias, sus estragos o sus deseos postreros sin apenas interlocutor que las escuche y consuele. 

Es sin duda esta segunda faceta la que más nos interesa y la que felizmente se acaba imponiendo en un filme en el que la batalla formal entre el dispositivo ficcional y la verdad y la emoción sinceras de sus protagonistas cuando no parecen participar del pacto lúdico con la cineasta no siempre se salda con las mejores transiciones y relevos, casi hasta el punto de que, atravesada su primera mitad, apenas nos interesan ya esos informes en formato mensaje de audio de WhatsApp o de vídeo robado con unas gafas-cámara que nuestro agente manda cada día a su contratista. 

  • Fotografía: Pablo Valdés
  • Montaje: Carolina Syraquian
  • Música: Vincent van Warmerdam
  • Premios: Premio del Público del Festival de San Sebastián 2020
  • Distribuidora: BTeam