Jaula

Por Elisa McCausland y Diego Salgado

Hace tiempo que en la trayectoria de Álex de la Iglesia su faceta como productor prima sobre su labor tras la cámara. En sus propias realizaciones —de Perfectos desconocidos (2017) a El cuarto pasajero (2022) pasando por la serie 30 monedas (2020-)— tiene menos peso ahora mismo la expresión de una voz personal a través de un estilo que la materialización de ficciones con atractivo comercial a partir de un high concept.

Son características que tienen lógicamente más sentido cuando De la Iglesia ejerce únicamente como productor junto a Carolina Bang. Es el caso de Jaula, ópera prima de un guionista y director con apenas dos cortometrajes en su haber, Ignacio Tatay. Jaula forma parte del proyecto The Fear Collection, títulos de suspense y terror auspiciados por Bang y De la Iglesia para Sony Pictures, que las distribuye en salas, y Amazon Prime Video, que hace lo propio en formato online. Jaula sabe adaptarse a la fórmula que requieren películas con un perfil de distribución tan mayoritario: actores de cierto renombre, ambientación y fotografía aseadas, y la agresividad justa en lo que toca a los sobresaltos que puede recibir el espectador.

Esto no quita para que Jaula llegue a subvertir su marco de producción en más de una ocasión. Su protagonista es Paula (Elena Anaya), una profesional con buen estatus económico pero deprimida tras perder un hijo. Esto hace que se vuelque con una niña que ella y su pareja (Pablo Molinero) encuentran una noche en lamentable estado físico y psicológico. Ante la falta de datos que permitan reunir a la pequeña con su familia, nuestros protagonistas se hacen cargo temporalmente de ella en su domicilio. Pronto empiezan a sucederse eventos inquietantes que amenazan la estabilidad mental de Paula.

Resulta curioso que Bang y De la Iglesia apuntasen al alumbrar The Fear Collection que las películas producidas por el sello se centrarían en “fuerzas sobrenaturales” y “horror cósmico”. Lo cierto es que durante sus compases iniciales Jaula apunta vagamente en esa dirección. Sin embargo, es una de las pistas falsas que Tatay y la coguionista del filme, Isabel Peña, disponen en torno a la naturaleza de la ficción, que toca también los palos del thriller psicológico, el drama matrimonial y hasta el survival horror. Es decir, Jaula no fía su impacto tanto a los golpes narrativos de efecto —que los hay— como a la subversión sin prisa pero sin pausa de las expectativas de los aficionados, que a estas alturas se las saben todas.

Estos cambios de registro se sustentan a nivel formal en un realismo publicitario de impronta mayormente televisiva, que enaltecen una fotografía de alto contraste y la interpretación, tan intensa como es habitual en ella, de Elena Anaya —en un papel, por otro lado, de madre sufridora lleno de tópicos—. Todo ello se basta y sobra para mantener nuestro interés, amén de incluir un amago de crítica perversa hacia la normalidad de urbanización residencial.

Puede que sea el aspecto de la propuesta que más llamó la atención de Álex de la Iglesia, si bien se echa a faltar en su tratamiento el grado de delirio trash que atesoran 30 monedas, del propio De la Iglesia, y películas comerciales de estreno próximo como Diabolik (2021), Out of the Blue (2022) o la estupenda La huérfana: Primer asesinato (2022).

• Fotografía: ??
• Edición: ??
• Música: Snorri Hallgrímsson
• Distribuidora: Sony Pictures