Muestra de Cine de Lanzarote: memoria, dolor y verdad.

La Sección Oficial de la Muestra de Cine de Lanzarote se inauguró el pasado 26 de noviembre con The Flats de Alessandra Celesia, marcando el inicio de una selección de títulos una selección de títulos que tratan temas contemporáneos de absoluta relevancia política y social. Amaia Zufiaur

Antes de que la película de Celesia diera el pistoletazo de salida a la Sección Oficial de la Muestra pudimos ver en la sección Maguas una obra que podemos contar ya entre las más destacadas del certamen: Silence of Reason (2023) de Kumjana Novakova. A partir de grabaciones (sonoras), el impactante filme bosnio pone en escena testimonios de mujeres violadas durante la guerra de la antigua Yugoslavia. Se trata, además, de declaraciones que sentaron jurisprudencia: gracias a sus testimonios, se criminalizaron por primera vez las violaciones durante periodos bélicos. Novakova da cuerpo a los archivos sonoros sirviéndose de imágenes estáticas, de tono forense, de lugares en los que tuvo lugar la tragedia de estas mujeres.  La directora, que pudo presentar el film y conversar con el público tras la proyección, deshace con la película la imagen de «víctima» que ha sido creada por la sociedad patriarcal apropiándose de estas imágenes y audios de archivo. Aunque sean relatos de una historia colectiva y no se digan los nombres de las víctimas, podemos percibir cada historia individual. La película exige atención: los testimonios escritos en pantalla requieren lectura activa, generando una conexión visceral con la audiencia. En esta concepción formal de la película no deja de intuirse el fuerte interés y trabajo de la cineasta por cómo diseñar este relato. Su decisión de cómo contar esta historia es profundamente acertada y certera, dejando un documento fílmico de gran valor que casi de manera inconsciente —de manera inevitable, más bien— crea un diálogo con los casos desgraciadamente actuales de violencia sexual, denuncia en paralelo la imagen de una Europa cuyos valores se sustentan, o sustentaban, en la razón.

En su trabajo, Celesia también muestra una preocupación por la forma en la que se aborda el tema que trata en The Flats (2024). La directora italiana, radicada en Belfast desde hace casi treinta años, narra por medio de varios vecinos de la ciudad la conmoción que aún persiste tras el conflicto de Irlanda del Norte. La cineasta, que también pudo asistir a la Muestra, certifica cómo el trauma de una guerra no se termina cuando finaliza. En The Flats vemos las guerras interiores que siguen perturbando a los afectados. La muerte de un familiar, situaciones de violencia machista con el IRA como telón de fondo, las drogas, choques generacionales y políticos, incomprensión ideológica… El documental juega con la memoria, con los relatos que narran sus protagonistas, recuerdos aquí recreados. En un momento del filme, uno de los protagonistas, Joe, dirige la puesta en escena de un recuerdo que van a recrear, dejando ver el funcionamiento de su mente y haciendo patente el ejercicio de memoria y catarsis que han vivido las personas entrevistadas.  

El segundo día la Sección Oficial trajo contrastes: Rising Up at Night (2024) de Nelson Makengo y Kinra (2023) de Marco Panatonic. La cinta de Makengo, rodada en Kinshasa, pero con financiamiento europeo, explora cómo la construcción de centrales eléctricas por potencias mundiales ha dejado a millones de personas sin luz, agravado por inundaciones causadas por el cambio climático. Una situación que, salvando las distancias, no podemos dejar de relacionar ahora con la catástrofe de la Dana. Makengo trae un tema poderoso, pero desvirtuado por su estética. La iluminación precisa y cuidada, los movimientos de cámara coreografiados y la puesta en escena de sus protagonistas convierten el documental en una obra visualmente bella, pero políticamente diluida, además de estar condicionada por la mirada invasiva del director. Podíamos ver que, también en The Flats, los límites entre documental y ficción se difuminaban en ocasiones, pero en la película irlandesa sobre «The Troubles» la apuesta formal no traicionaba su mensaje. Aquí en cambio, la forma no deja de chocar con el fondo, restando fuerza al mensaje.

En cambio, Kinra, que ganó el Festival de Mar del Plata el año pasado, opta por lo opuesto. Con una cámara estática y escenas de larga duración, Panatonic nos sumerge en la historia de un joven andino que trata de abrirse paso en Cusco, una ficción realista basada en su propia experiencia y la de su familia. Hablada en quechua, la película peruana es un relato introspectivo, sin artificios, que con crudeza formal otorga autenticidad y potencia narrativa, logrando transmitir más verdad que un documental convencional.

Así, entre estéticas opuestas y relatos desgarradores, la Muestra de Cine de Lanzarote arranca con una reflexión intensa sobre la memoria, el dolor y la verdad.