Muestra de Cine de Lanzarote: una isla de innovación y pensamiento

La Muestra de Cine de Lanzarote concluyó el pasado 30 de noviembre con una Gala de Clausura marcada por la consagración de Kamal Aljafari como el gran premiado de la edición. Por Amaia Zufiaur

«Por su capacidad para construir a través del archivo imágenes nunca vistas, de un misterio realmente inagotable y por los caminos que abre hacia el futuro del cine», la ganadora a la Mejor Película de la Muestra de Cine de Lanzarote fue A Fidai Film (2024) de Kamal Alfajari. Esta obra fue seleccionada por un jurado de renombre compuesto por el escritor Melchor López, la investigadora y crítica de cine Claire Allouche y el programador de la Cineteca de Madrid, Vicente Monroy. Aljafari, al recibir el premio personalmente, ofreció un discurso en el que expresó su esperanza por un futuro mejor para Palestina, un mensaje profundamente ligado al espíritu de su película, que explora las cicatrices del pasado desde una perspectiva comprometida. El jurado destacó junto con su decisión no solo la obra del director palestino, sino también la valentía y ambición del festival por ofrecer una programación que desafía los límites del cine, apostando por narrativas expansivas. 

Llegar a la decisión final no fue fácil, y lo pudo saber de primera mano el público del certamen ya que, de manera única en el mundo, este festival permite que una audiencia —entre la que no puede haber nadie con una relación directa con las películas— acuda a ver al jurado en su deliberación. Durante cuatro horas de debate, las películas favoritas de las voces expertas fueron fluctuando de manera intermitente, llegando a posicionar en el puesto número uno hasta a tres de las obras participantes. Monroy decía que la deliberación consistía en encontrar una posición para valorar las películas, y junto a Alluche y López abrieron algunos temas de gran relevancia como qué características se deberían valorar sobre otras, qué imágenes serían escogidas como las más relevantes o si debe un festival periférico decantarse por películas periféricas. La deliberación dio además espacio al público, que pudo verter sus propias impresiones y se convirtió, más que en un debate abierto, en toda una clase magistral de cine. 

La Mención Especial fue para la singular 7 Walks with Mark Brown (2024), descrita como «una película que enseña a mirar con las manos y a escuchar la vida vegetal con los pies». Dirigida por Vicent Barre y Pierre Creton, esta obra es una invitación sensorial al origen del mundo, decía el jurado oficial, un viaje cinematográfico que también conquistó al jurado joven, compuesto por Alma Morti Müller, Hugo Saavedra Rodríguez, Valentín Ortiz Arocha y Claudia Yesenia. Sin embargo, este jurado decidió otorgar su premio principal a Kinra de Marco Panatonic, valorando su universo y atención al detalle.

El premio al Mejor Cortometraje fue para Marta Torrecilla por su obra De interés insular (2024), un film que, según el comité evaluador, logra en su sutileza la fuerza de un haiku. La precisión y delicadeza de su narrativa evocaron una poesía visual que consolidó su posición como una de las revelaciones del festival.

La Muestra de Cine de Lanzarote se reafirma así, con estos premiados y con sus iniciativas, como un referente para el cine, ofreciendo una plataforma independiente para obras que desafían, conmueven y amplían los horizontes del cine contemporáneo. Y se erige asimismo como espacio de diálogo cinematográfico, la deliberación pública del jurado, como hemos mencionado, no solo permitió reflexionar sobre las películas, también hizo patente la necesidad de valorar el festival en el panorama del cine contemporáneo, consolidando a la Muestra como un referente de innovación y pensamiento crítico en el ámbito audiovisual.