Capitán América: Brave New World
- Dirección: Julius Onah
- Guion: Malcolm Spellman, Dalan Musson, Rob Edwards, Julius Onah, Peter Glanz
- Intérpretes: Anthony Mackie, Harrison Ford, Danny Ramirez, Shira Haas, Tim Blake Nelson, Carl Lumbly, Giancarlo Esposito…
- País: EEUU
- Género: Thriller
- 119 minutos
- Ya en cines
- «Tras reunirse con el recién elegido presidente de Estados Unidos Thaddeus Ross (Harrison Ford), Sam se encuentra en medio de un incidente internacional. Debe descubrir la razón detrás de un nefasto complot global antes de que la verdadera mente maestra tenga al mundo entero viendo rojo. »
Por Elisa McCausland y Diego Salgado
No vamos a decir que esperábamos ansiosamente los estrenos esta semana de Bridget Jones: Loca por él y Capitán América: Brave New World. Pero sí teníamos curiosidad por saber cómo habían resuelto sus nuevas entregas dos universos de ficción basados, como es costumbre hoy en día, en la explotación de marcas con una repercusión asegurada en taquilla. La sorpresa es que Bridget Jones: Loca por él sale bien librada del envite, pues, respetando en lo esencial la estructura de las tres anteriores —y pésimas— películas basadas en las novelas de Helen Fielding, aplica un poso emotivo de melancolía existencial a las desventuras habituales de su protagonista y sabe hacer por fin de la saga un universo de ficción cálido y verosímil al cual, por vez primera, apetecería regresar.
Capitán América: Brave New World es en cambio una película menor; la enésima constatación de que Marvel Studios no tiene ninguna idea para salir del marasmo creativo en que languidece desde hace por lo menos un lustro. Hay en ella ideas apreciables, como los atrevidos vínculos que establece con la miniserie Falcon y el Soldado de Invierno (2021) y Eternals (2021) —uno de los mayores fiascos del ciclo producido por Kevin Feige— y, a la vez, con la remota El increíble Hulk (2008), a fin de otorgar legitimidad a su narrativa y proclamar un back to basics tras la dispersión característica de las películas pertenecientes a las fases cuarta y quinta del Universo Cinemático Marvel.
También es de agradecer el cuidado puesto a la hora de retratar al (semi)villano Thaddeus “Thunderbolt” Ross, el mismísimo presidente de Estados Unidos, quizá por ser su intérprete el venerado y venerable Harrison Ford. Ross es en manos de Ford un personaje de psicología compleja, torturado por demonios interiores y un pasado reprobable, y, cuando hace acto de aparición su vertiente monstruosa, resulta imposible no deducir una lectura trumpiana de su efigie rabiosa sobre el tejado de una Casa Blanca en ruinas. Un análisis comparativo entre Capitán América: Brave New World y Air Force One (1997) con Ford como epicentro nos daría claves fascinantes sobre los cambios acaecidos en la esfera sociocultural estadounidense desde el periodo de entresiglos hasta hoy.



Pero esos aspectos, como la llamada a la reconciliación entre opuestos y un final para la crispación ideológica que vive desde hace un tiempo Estados Unidos y, por extensión, Occidente, están lejos de justificar la pertinencia de una propuesta que, bajo su condición de entretenimiento más o menos funcional, fracasa en casi todos los demás frentes. Ni el Capitán América al que da vida Anthony Mackie tiene el carisma del encarnado por Chris Evans, ni las dudas del personaje sobre su sentido como superhéroe resultan significativas, ni la película posee el empaque de las excelentes Capitán América: el primer vengador (2011) y Capitán América: El Soldado de Invierno (2014) —de la que imita el concepto de thriller político como base argumental—, ni la aventura planteada representa un hito en ninguna dirección, ni permite concebir demasiadas esperanzas en la reunión de unos nuevos vengadores por el Capitán América de cara a los macroeventos Avengers: Doomsday (2026) y Avengers: Secret Wars (2027).
Lo más irritante es el nulo interés de Marvel Studios por brindar un espectáculo en condiciones, lo mínimo esperable en un blockbuster presupuestado oficialmente en 180 millones de dólares. Como es norma en las entregas recientes del Universo Cinemático Marvel, Capitán América: Brave New World es una película realizada sin un átomo de inspiración, de estética gris ceniza —y lens flares extemporáneos—, y cuyos efectos digitales, hablando de El increíble Hulk, hacen dudar de que hayan transcurrido diecisiete años entre uno y otro título. Esa dejadez técnica y artística, la apatía evidente de todos los implicados, la mediocridad de actores como Danny Ramirez y Shira Haas, suponen una falta de respeto hacia los aficionados, a quienes se tiene aún por consumidores acríticos de soma pese a su acogida cada vez más escéptica a los estrenos de Marvel. La mención en el título del filme a la novela de Aldous Huxley Un mundo feliz (1932) puede que sea al fin y al cabo un chiste privado, una broma de dudoso gusto.




- Montaje: Madeleine Gavin, Matthew Schmidt
- Fotografía: Kramer Morgenthau
- Música: Laura Karpman
- Distribuidora: Disney