Adiós, idiotas

(Adieu les cons)

  • Director: Albert Dupontel
  • Guion: Albert Dupontel, Xavier Nemo
  • Intérpretes: Virginie Efira, Albert Dupontel, Nicolas Marié, Adèle Galloy, Grégoire Ludig
  • Género: Comedia
  • País: Francia
  • 87 minutos
  • Ya en salas

Cuando Suze Trappet se entera a los 43 años de que está gravemente enferma, decide ir en busca del hijo al que se vio obligada a abandonar cuando ella tenía 15 años. Su búsqueda administrativa le hará conocer a JB, un cincuentón en plena depresión, y al señor Blin, un archivero ciego con un entusiasmo impresionante. Los tres se embarcan en una búsqueda tan espectacular como improbable.

Por Roberto Morato

¿Qué es lo que ocurre cuando no nos queda ya nada absolutamente que perder? Cuando el contrato social que firmamos con la sociedad del bienestar es eliminado y estamos solos a nuestra deriva sin ningún tipo de compromiso, ¿cómo reaccionaríamos en esa supuesta situación límite?

Es la interesante premisa con la que se construye, Adiós, idiotas, una de las últimas comedias de éxito de Francia, que llega a las carteleras tras arrasar en los últimos Premios César del cine francés donde cosechó 7 estatuillas. Una peluquera a la que apena le queda tiempo de vida debido a los gases exhalados en su trabajo, un informático despedido a los 50 años por «viejo», interpretado por el propio Dupontel, y un archivero invidente que se quedó ciego por un disparo perdido de la policía al confundirlo con un terrorista. Dupontel cita como influencias el cine de los Monty Python —la película está dedicada al recientemente fallecido Terry Jones y otro miembro del grupo cómico, Terry Gilliam realiza un cameo como vendedor de una imposible teletienda de armamento— y Charlie Chaplin, la realidad es que está más cerca de la almibarada melancolía del segundo que de la sátira brutal del grupo cómico británico. Para un largometraje que pretende ser una crítica brutal hacia el sistema y que se empeña en señalar como idiotas a todos sus cómplices, le falta mordiente en su parte cómica. Tanto el reparto como el cineasta, parecen más empeñados en buscar la emoción cómplice del espectador que en explorar lo kafkiano del sistema social que hemos diseñado. De nuevo, para una película que supuestamente está influenciada por el Brazil de Terry Gilliam, le faltan herramientas para la crítica social y tampoco dispone del aparato visual y formal de un Jeunet para hacernos creer en la fábula popular a través de cierto surrealismo por mucho que Dupontel intente copiar la paleta de colores y asemejarse a la imagen asociadas a este realizador.

Es precisamente en el humanismo desesperado y en la relación entre sus personajesbrillante Virginie Efira confiriendo calidez y cercanía en todo momento con su interpretación— donde surgen los mejores momentos de Adiós, idiotas. Una voz en off improvisada en un ascensor, una mirada cómplice ante la desesperación compartida, dos manos que se entrecruzan en un destino compartido… Dupontel entiende que sólo la empatía y volver a ser humanos nos podrá salvar, pero es incapaz de divertirse señalando las razones por las que hemos acabado aprisionados por el propio sistema que creamos.

  • Fotografía: Alexis Kavyrchine
  • Montaje: Christophe Pinel
  • Música: Christophe Julien
  • Distribuidora: La Aventura