Bose SoundLink®: libertad para hacer lo que debas
Al hacer el unboxing de los altavoces Bose SoundLink® Max no podemos evitar pensar en Radio Raheem, el gigantón atado a su enorme BoomBox que deviene en personaje fundamental en Haz lo que debas, la icónica película de Spike Lee. Solo nos queda echarlo en nuestra totebag, encenderlo y combatir el sistema (y el calor) desde el borde de la piscina. Powered by Sofilm
El mastodóntico equipo de música en el que siempre suena durante todo el largometraje «Fight the Power» de Public Enemy a todo trapo medía 49.5 × 79.4 × 22.9 cm. El nuevo Bose SoundLink® Max mide 12 x 26 x 9 cm, grande comparado con otros dispositivos portátiles, pero aun así muy manejable, y me apostaría la pizzería de Sal a que suena cien veces mejor. Radio Raheem se hubiera podido mover por las calles de Bedford-Stuyvesant (aka Brooklyn) con mucha más libertad y facilidad de movimientos, y me atrevería a decir que la película no acabaría de forma tan trágica si, en lugar de llevar el cacharro de doble pletina fabricado por Promax, hubiera llevado en su mano cómodamente el SoundLink® Max sujetado de su suave asa extraíble (¡y personalizable en diferentes colores!), ya que hasta ocho dispositivos se podrían conectar al altavoz fabricado por Bose. En lugar de que Sal y su hijo exigieran a Radio Raheem apagar su música para que deje de sonar «Fight the Power» por decimoctava vez en la tarde, podrían haber montado una fiesta afroitaliana y compartir temas desde sus dispositivos. El Max está pensado para que hasta veinte personas puedan disfrutar de su música y conectarse mediante la tecnología Bluetooth 5.3 e incluso desde su salida auxiliar. Solo no puedes, con amigos sí. Y con Bose Soundlink® Max aún más fácil y mejor.
Sé que hago trampas y que juego a introducir el Delorean en una película en la que no toca, pero es que los altavoces Bose SoundLink® Max tienen un pie en el pasado, por su diseño cuidadísimo y algo retro, y otro en el futuro, por sus materiales, su sonido y su conectividad.
Su tecnología SnapDragon Sound optimiza las tecnologías de audio de Qualcomm® para garantizar la mejor calidad de sonido, estabilidad de conexión y latencia para su transmisión de audio. El audio es increíblemente limpio y compacto, como si lo estuvieras escuchando directamente en el estudio de grabación. El sonido, la conectividad y la calidad en los componentes de audio de Bose se dan por descontados: bajos rotundos, graves y agudos equilibrados. «Fight the Power» suena en sus salidas de audio frontal y laterales como si hubiera sido producida en los dos mil por Danger Mouse en lugar de por The Bomb Squad en los ochenta.
Es en el diseño donde llama aún más la atención el Bose Soundlink® Max. Al cogerlo entre tus manos aprecias dos cosas: la primera es que pesa. De nuevo, es fácil y perfectamente portable (Radio Raheem asiente), pero podríamos decir que se nota que lo que vas a escuchar tiene power porque lo sientes entre tus dedos. Esto es una cosa seria, y en cuanto suenan las primeras notas percibes que la calidad estéreo es muy superior a la de otros aparatos que (parecen) similares.
La segunda cosa que percibes es la suavidad de su acabado. Oh, Dios, podría estar acariciando su exterior de silicona como si fuera el gato del malo de una película. Y, por si fuera poco, su carcasa ha sido fabricada con una rejilla de acero con revestimiento electrostático. El conjunto, además de atractivo (y suave, ¡miau!), hace que sea resistente al polvo, a las caídas, a los golpes, al sol, al óxido e incluso al agua, así que no te importe si algún chiquillo de las barriadas de Brooklyn te moja desde una de las bombas de agua con las que juegan en los filmes neoyorquinos cuando hace calor.
Su control intuitivo, elevada autonomía, opciones de personalización y más cosas que te dejaré descubrir a ti cuando lo adquieras, hacen el resto. Tú verás, haz lo que debas.