Caminantes

  • Director: Jose A. Ledo (Creador), Koldo Serra
  • Guion: Jose A. Ledo
  • Intérpretes: Daniel Ibáñez, Alexandra Pino, Carlos Suárez, Songa Park, Lucas Miramón
  • Género: Terror
  • País: España
  • 7 capítulos de 20 minutos
  • Disponible en Disney+ y Orange TV

En agosto de 2019, cinco amigos, dos chicas y tres chicos, desaparecieron mientras hacían el Camino de Santiago. Su rastro se perdió en la Selva de Irati, muy cerca de la frontera con Francia. Dos semanas después de su desaparición, la policía halló sus teléfonos móviles enterrados en pleno monte, junto con sus mochilas y varios objetos personales. Gracias a los videos que los chicos grabaron con sus dispositivos, ahora podemos reconstruir 40 horas de pesadilla.

Por Roberto Morato

El terror contemporáneo atraviesa una grave crisis de identidad provocada en buena medida por el cambio en las políticas de producción dentro de la industria americana que han sacado al género de su hábitat habitual —las salas de cine— para dejarlo en un limbo indeterminado en el que las plataformas, salvo grandes excepciones, tampoco parecen querer ayudar a rellenar ese hueco. Tampoco ayuda que determinados debates a nivel social hayan subyugado a un género acostumbrado precisamente a subvertir cualquier tipo de expectativa a nivel social y político. Precisamente una de las problemáticas que atraviesa el género es el eterno diálogo entre pasado y presente del medio. Ese camino que va siempre entre el reciclaje de influencias pasadas cinematográficas y la evolución del medio, de la imagen que marca nuevos territorios y generaciones dentro del medio.

Caminantes: Nunca salgas del camino fue una apuesta exclusiva de la plataforma Orange que se estrenó durante el año pasado y que ahora es recuperada por Disney Plus para que pueda ser descubierta por un abanico de espectadores mucho mayor. Concebida desde el binomio creativo de José Antonio Pérez Ledo en la escritura y Koldo Serra en la dirección, la serie se erige precisamente como una fantástica reflexión en torno a la mezcla de lo antiguo y lo nuevo en un nuevo entorno digital tanto de consumo como de imagen. Ambientada en el Camino de Santiago y rodada únicamente con teléfonos móviles —Iphone 11 y Iphone 10 XS—, la serie supone el abrazo entre el survival setentero más crudo y cáustico trasladando la acción a la orografía y particular idiosincrasia española —hay que reconocerle a la serie el mérito por crear una mitología tan patria como singular e interesante— y la generación digital. Concebida como si fuesen pequeños retazos de un videoblog, explora el encontronazo de un grupo de jóvenes cuando se topan con aquello que la sociedad ha dejado atrás. Si por algo destaca Caminantes es precisamente por no apartar nunca la mirada de lo terrorífico, el mostrar que lo abyecto también forma parte de nuestro imaginario popular y que puede ser tan subyugante como la imagen más bella posible. No deja de ser irónico precisamente el particular juego con los filtros de Instagram mientras se produce una cruel tortura en pantalla. La obscenidad de lo que consideramos normal está mucho más cerca de lo que nosotros creemos de todo aquello que rechazamos por inmoral y aterrador.

Koldo Serra logra un inaudito juego de complicidad entre un reparto en estado de gracia —pocas veces se ha visto un casting adolescente tan acertado y que logra transmitir cercanía y espontaneidad, algo crucial para el desarrollo de las nuevas vías narrativas exploradas en la serie— y un espectador en huida constante del pavor que provocan las pequeñas píldoras de terror que suponen cada uno de los episodios de la serie. La recuperación de los cliffhangers al final de cada episodio se manifiesta como otro gran acierto aunque sea por el intento de recuperar la capacidad de alargar la tensión en un espectador agotado por el consumo masivo de imágenes y “contenido”. Que Caminantes: Nunca salgas del camino haya acabado en una plataforma destinada al público más familiar como Disney Plus es uno de esos milagros que sólo se pueden explicar por las vías aberrantes de las políticas programadoras de algunas compañías pero no nos queda otra cosa que levantarnos y aplaudir semejante elemento disruptivo.