CANNES 2023: LOS DELINCUENTES (Rodrigo Moreno)

Figura del nuevo cine argentino, Rodrigo Moreno da sus primeros pasos este año en Cannes en la selección Un certain regard («una cierta mirada»). En Los delincuentes, buddy-movie y fábula agridulce, imagina el destino de dos empleados de banca que deciden echar mano de la caja registradora para no volver a trabajar. 

¿Cómo te defines cuando conoces a alguien por primera vez? Por nuestra profesión, por supuesto. Es la evidencia de la respuesta lo que angustia visceralmente a Román (Daniel Elias), un empleado bancario en Buenos Aires. Cada mañana, el cuarentón se pone su traje de tres piezas, toma su café, su ducha y su metro, y se para detrás de su mostrador. Pero un día, no muy diferente de los demás, es suficiente. El cálculo es sencillo: su salario multiplicado por el número de meses que le quedan hasta la jubilación. Todo el tiempo, por partida doble, para compartir con su colega y ahora cómplice, el serio Morán (Esteban Bigliardi). Esa es la cantidad que saca de la bóveda del banco. Para él, si la elección es rápida: si las opciones son tres años de prisión u otros viente en el banco, la cuenta queda clara. De un segundo a otro, nuestros dos señores cualquiera se han convertido en delincuentes. Desde esta situación inicial, Rodrigo Moreno nos lleva a una larga odisea fragmentada, donde los destinos de los álter egos Román y Morán se separan, cruzan y entrelazan. Un poco blandos, un poco torpes y un poco cobardes, los aprendices de bandidos no están realmente preparados para el trabajo. Pero la llamada de la libertad es demasiado fuerte. 

El director asume una posición bien definida: partiendo del principio de que el trabajo asalariado y la rutina alienan. La analogía trabajo/prisión es más que sugerida. Tanto es así que el actor Germán de Silva interpreta tanto al gerente del banco como al traficante que impone su reinado del terror en la prisión. En el banco, los empleados son vigilados, humillados, explotados. Laura Paredes, a la que hemos visto recientemente en Trenque Lauquen, explora aquí un registro completamente diferente al encarnar a un inspector detestable, con licencia para la pérdida de los nervios. Representa un capitalismo cuyo absurdo es llevado al paroxismo. 

Derecho a la pereza

La película se construye sobre la oposición entre trabajo y ocio, ciudad y naturaleza, esclavitud y libertad. Comienza, en un tono tan serio como ligero, una reflexión particularmente moderna, en un período en el que los debates se establecen sobre la extensión del tiempo de trabajo y la semana laboral de cuatro días. ¿Cómo puedes encontrar sentido a tu existencia si pasas cuarenta años detrás de un escritorio? La pregunta es un cliché, pero quizás más pertinente que nunca. 

Rodrigo Moreno sugiere que otras alternativas son posibles. Pero sus personajes tienen que pagar el precio. A través de pantallas partidas y juegos de simetría, nos hace vivir sus peripecias y sus soledades paralelas en su búsqueda de un «otro lugar» mas acogedor que la despiadada capital. Sin embargo, la historia está salpicada de deliciosos respiros, secuencias suspendidas en la orilla de un río o en la grupa de un caballo, que sugieren que su búsqueda de la felicidad no es en vano. Una especie de fábula sin moraleja, Los delincuentes te invita a un viaje meditativo cuyo destino sigue siendo incierto. Una puesta en escena depurada pero no artificial, un escenario flexible pero nunca desarticulado, Rodrigo Moreno firma un largometraje sorprendente y delicado, con el que casi dan ganas de entregarse a la ociosidad. Mara Noury