El reino del planeta de los simios

  • V.O.: Kingdom of the Planet of the Apes
  • Dirección: Wes Ball
  • Guion: Josh Friedman, Rick Jaffa, Amanda Silver, Patrick Aison
  • Intérpretes: Owen Teague, Freya Allan, Peter Macon, Kevin Durand, William H. Macy…
  • País: Estados Unidos
  • Género: Ciencia ficción
  • 145 minutos
  • Ya en cines

  • «Ambientada varias generaciones en el futuro tras el reinado de César, en la que los simios son la especie dominante que vive en armonía y los humanos se han visto reducidos a vivir en la sombra. Mientras un nuevo y tiránico líder simio construye su imperio, un joven simio emprende un angustioso viaje que le llevará a cuestionarse todo lo que sabe sobre el pasado y a tomar decisiones que definirán el futuro de simios y humanos por igual.»

Por Elisa McCausland y Diego Salgado

Aunque se detecte ya una tendencia a afirmar que esta nueva entrega de la (segunda) franquicia cinematográfica de El planeta de los simios es inferior a las tres anteriores, estrenadas entre 2011 y 2017, El reino del planeta de los simios es una película parecida en esencia a sus predecesoras y, en particular, a El amanecer del planeta de los simios (Matt Reeves, 2014) y La guerra del planeta de los simios (Matt Reeves, 2017). Si El origen del planeta de los simios (Rupert Wyatt, 2011), la película que reinventó la célebre novela de Pierre Boulle tras el ciclo producido originalmente entre 1968 y 1973, se apuntó al realismo especulativo para contar cómo simios víctimas de experimentos humanos adquirían inteligencia y ponían en jaque la supremacía de nuestra especie, las secuelas de Matt Reeves expandieron esa idea a través de odiseas posapocalípticas.

El reino del planeta de los simios sigue esa línea, si bien la acción se ubica trescientos años después de la muerte del simio César (Andy Serkis), protagonista de los filmes previos. El influjo de César sobre la aventura iniciática de madurez que corre ahora el joven chimpancé Noa (Owen Teague) en un mundo donde los simios han asentado una civilización propia y los seres humanos están en peligro de extinción es uno de los aspectos más interesantes de la propuesta; el guionista Josh Friedman combina con habilidad el impacto de César en la ficción y la apropiación interesada de sus hazañas míticas por unos y otros simios, con la sombra que arrojan las tres películas anteriores sobre la actual, obligada a tantear caminos argumentales diferentes para legitimar su existencia y empeñada, en un triple salto mortal, en servir como primer paso de una nueva trilogía que ejerza como precuela de El planeta de los simios (Franklin J. Schaffner, 1968). Esta última cuestión da lugar a sugerencias narrativas y musicales asimismo apreciables.

Por otra parte, El reino del planeta de los simios es para bien y para mal, como sus predecesoras, una película que se toma muy en serio a sí misma; cuyo sentido del espectáculo está supeditado a la verosimilitud del universo que plantea y a los discursos más o menos explícitos sobre racismo, convivencia entre especies, líderes mesiánicos, relevo generacional y visiones contrapuestas del progreso que puntúan su metraje. Fruto de ello son unos primeros minutos extraordinarios, durante los cuales el director Wes Ball aprovecha su experiencia en la saga distópica young adult El corredor del laberinto (2014-2018), para ofrecernos un universo de enorme capacidad inmersiva y apuntes arquetípicos y adultos que son realzados por una fusión muy conseguida entre escenarios naturales y algunos de los mejores efectos digitales de los últimos años, sobre todo en lo que respecta a la creación de los simios protagonistas mediante motion capture.

Cuando Noa emprende su particular viaje del héroe la película sigue funcionando pero, a partir de cierto punto, Wes Ball pierde el pulso del relato, que se sume en la indecisión, se alarga en exceso como parece obligado hoy en día y resulta deudor en varios aspectos del gran éxito de las Avatar (2009-) de James Cameron. Como sucedía en El amanecer del planeta de los simios y La guerra del planeta de los simios, la gravedad impostada y el aseo expresivo no pueden camuflar en El reino del planeta de los simios una superficialidad básica, un desajuste entre el simulacro de trascendencia y las simplezas.

En cualquier caso, debe reconocerse que Disney ha tenido valor al dar luz verde a una nueva secuela tras adquirir 20th Century Fox en 2017, y que merece la pena seguir con atención esta franquicia aunque solo sea por su empeño en ir a su aire, en desentenderse desde hace ya casi quince años del rumbo general del blockbuster estadounidense. Volvemos a la importancia de los efectos digitales en la saga, capaces de alumbrar, a partir de la captura de expresiones y movimientos de actores humanos, píxeles elocuentes, una hiperrealidad de existencias virtuales que solo han logrado invocar con total convicción hasta la fecha un puñado de filmes: El libro de la selva (2016) y El rey león (2019), ambos de Jon Favreau, y Avatar y su secuela.

  • Montaje: Dirk Westervelt, Dan Zimmerman
  • Fotografía: Gyula Pados
  • Música: John Paesano
  • Distribuidora: Disney