Las Gentiles: «Hay como un síndrome de los «filtros», un trastorno de identidad»

Las jóvenes actrices sevillanas son amigas hasta la muerte en la nueva película del no menos sevillano Santi Amodeo, un retrato tan preciosista como desolador de las “chicas de hoy en día”. África de la Cruz y Paula Díaz son Las Gentiles. Por Philipp Engel

Rodada junto al Guadalquivir, Las Gentiles tuvo su estreno mundial en el Festival de Cine Europeo de Sevilla, donde la película fue objeto de aplausos y causó sorpresa. No sólo porque marcaba el regreso a los orígenes, después de un par de películas más comerciales, del director de Astronautas (2003) o Cabeza de perro (2006), sino por su frescura. Las Gentiles bien podría ser la película que mejor retrata las redes sociales, sacando el mejor partido de todo su potencial, y lo hace desde el punto de vista de ellas, dos adolescentes que, entre el Colacao y el botellón, mantienen una relación de extraña dependencia, con un marcado gusto por el romanticismo más macabro. La imagen de su Instagram son ellas dos flotando en un río, a lo Ofelia (la de Millais), como ya lo hizo Kirsten Dunst en Melancolía (Lars von Trier, 2011), y otras muchas chicas que flotan a la deriva en las redes. 

África de la Cruz es Ana, una adolescente algo inestable, obsesionada por la líder del grupo, interpretada por Paula Diaz, a la que llama por el apellido: La Corrales, que vive sola con su madre, en una casa un poco destartalada, mientras que Ana tiene una familia un poco más convencional, a unos cuantos chalets de distancia. Una siempre está en casa de la otra, y al revés, andan por ahí con las amigas, a las que a veces obligan a hacer maldades, como cruzar la autopista sin mirar. El clásico reto. Una gran película, que impacta por su belleza cinética, con esos planos en 16 mm, fotografiados por Álex Catalán, que ha acompañado a Amodeo y a Alberto Rodríguez, desde sus inicios. Lo que al principio es luz, acaba derivando a la más profunda oscuridad…

Hablamos con las dos actrices revelación de la temporada. 

¿Siempre habéis querido ser actrices? 

Paula Diaz: Yo empecé psicología, pero de siempre había tenido esta cosita de actriz. Y luego ya me apunté a una escuela de cine. A partir de ahí nos enteramos del casting…

África de la Cruz: Yo vengo del mundo de la danza y del teatro físico. El cine me vino un poco de sorpresa, porque conocí a Santi en un barecito donde curraba, un círculo un poco parroquiano, y me vio el perfil. Se llama el Entrelineas, y está en Pérez Mencheta. Esta historia ya la hemos contado mucho. 

Da la impresión que es una película en el que las redes se muestran desde vuestro punto de vista, ¿cómo ha sido eso?

AC: Santi ha estado siempre como muy disponible y atento a cómo se comportaba nuestra generación. Nos ha preguntado mucho cómo funcionábamos por redes, y gracias a todas nosotras ha acabado entendiendo las redes desde otro lugar. 

PD: Santi escribió el guion hace mucho tiempo, y se dio cuenta de que todo había cambiado mucho. Y luego está que es un mundo que como adulto no le afecta igual.   

¿También aportasteis frescura al guion, imagino?

PD: Sí, chistes, formas de hablar, referencias a cantantes de ahora, que escuchan en adolescentes. Bromas que se hacen en las redes, y que no estaban en lenguaje adolescente, aunque la Corrales habla un poco como una adulta a veces. Así que hay algunas cosas que se han quedado. 

AC: También nos ha dejado jugar con nuestras emociones. Ha sido muy generoso, y se ha dejado sorprender. El personaje de la Corrales, en lo físico, se lo ha imaginado de otra manera. Pero Paula llegó, le sorprendió y le ha dado un matiz mucho más interesante que si hubiera sido como se la imaginaba, que era algo más obvio. Se ha dejado llevar mucho. 

Cuando visteis la película, ¿os pareció que había quedado un retrato acertado de vuestra generación? 

PD: Yo creo que sí que queda reflejada. Pero cuando uno pasa por la adolescencia puede ser un rollo maravilloso, o puede ser un periodo oscuro. Y justo nosotras tuvimos una adolescencia tranquila y luminosa. En la parte luminosa de la película sí que me he sentido reflejada. Pero en la oscura ya no, porque no lo he vivido. Pero ahora sí veo desde fuera que eso está en las redes. 

AC: Yo como ella. Las dos hemos sido scouts, mucho campo. En Mairena, que es de donde soy, funcionaban muy guay. Pero yo también he escuchado muchas historias…

La adolescencia es un periodo muy frágil, y si te pilla mal…

AC: Totalmente, tengo una amiga con una hija de 19 años, que está pasando un momento muy abrupto, que me recordó a la peli. Y se nos acercaron chicas de 17 años para decirnos que se habían sentido super reflejadas. 

¿Os vino a la cabeza alguna referencia a la cabeza cuando la visteis? 

PD: Algunas películas indies por la estética, aunque justo estaba viendo Euphoria, que no tiene nada que ver, pero algo tiene de eso.

AC: No parábamos de hablarle de Euphoria a Santi…

«Muchos se han acostumbrado a hablar online, con filtros, y luego no se quieren sacar la mascarilla en clase. Hay como un síndrome, un trastorno de identidad»

¿Y las redes? No me parece que las uséis muy compulsivamente. 

AC: Para mí es una herramienta profesional, soy consciente de que lo puede ver cualquiera. A veces pongo cosas personales, aunque me gusta sobre todo para difundir los proyectos de mis amigos. Creo que si se utilizan de esa manera puede ser una red de apoyo. 

PD: Tenemos el Instagram muy cuidado. Antes subías cualquier cosa, ahora te lo piensas. 

La película tiene algún punto de comedia. El padre de Ana, por ejemplo, aunque creo que es más por el actor que lo interpreta, Rafa de Vera, que es gracioso en sí mismo. 

PD: Sí, fíjate que, cuando leímos esa parte que ya sabes, no la veíamos cómica. Vaya tela, que has pillado a tu padre tal… Pero luego la ves, y es verdad que libera algunas tensiones. Le da un buen equilibrio a la película. 

AC: Sí, le da un matiz divertidísimo. Aunque no me gustaría nada pasar por esa situación…

¿Y cómo reaccionaron vuestros padres? Porque la película tiene un giro bastante brutal. 

PD: Mis abuelos, que los quiero mucho y tengo una relación muy cercana con ellos, después del estreno estaban como distantes. Luego, más tranquilos, sí que dijeron cosas bonitas. 

AC: Es que el personaje es muy distinto a ti. Yo me encontré a tu abuela en la cafetería, y me dijo: mi nieta te quiere mucho, es que Paula es muy empática. Eres muy distinta a la Corrales, que da miedo, y se tuvieron que quedar en shock. 

Luego está el lado romántico. Pero un romanticismo decimonónico, con el tema del suicidio, Ofelia…

PD: Precisamente teníamos miedo de quedara demasiado romántica. Porque en la película todo es bello… Pero hasta que se rompe, y todo se vuelve muy oscuro. Está nublado. Empezamos a dar muchísima grima de repente. Y la película te lleva a otro sitio. 

AC: Hay un paralelismo entre esa progresión estética y la relación de Ana y Corrales. Porque la película es la mirada de Ana, y tiene super idealizada a la Corrales. La tiene en un pedestal. La ve muy fuerte, independiente, inteligente. Pero lo que le pasa es que no tiene las herramientas para ser vulnerable. 

Y con las redes, en el sentido de que todo lo que muestran es bonito, pero por detrás puede haber otra cosa, ¿no?

AC: Y con las redes también.

El suicidio es una fantasía que aparece desde el principio de la película, que aparece en un momento en el que parece que se ha roto el tabú. Antes nadie lo mencionaba, y ahora hay carteles gigantes en la calle, ¿creéis que ha habido un cambio, cómo lo interpretáis? 

PD: Yo creo que ha cambiado mucho el tema de la educación emocional, del auto cuidado y del autoconocimiento. Estamos mejorando en ese sentido. Hay que ser conscientes de que llevamos mucho tiempo tratándolo como un tabú, vamos a abordarlo desde otro lugar…

¿Las Gentiles iría en ese sentido?

AC: Yo creo que la película no tenía un matiz pedagógico, sino que más bien trata de poner sobre la mesa historias que realmente han pasado. En la realidad, para llevarlo mejor, hay que quitarle un poco de estigma a la figura del psicólogo. Aunque es verdad que hace diez años se veía peor. Yo misma me incluyo ahí, lo veía como algo lejano. Pero los adolescentes de ahora lo llevan con mucha más naturalidad. Esta mañana he visto a uno que decía: «Luego nos vemos, que me voy al psicólogo». Y pensé: «Ay, qué bien que te hayas atrevido». 

Yo creo que la película sí que tiene un punto pedagógico, sobre todo al final. Pero sí veo que estamos en un proceso de cambio en lo que respecta a la ayuda psicológica. 

PD: Es que si te duele la garganta, no hay problema en decir que te duele la garganta. Pero si tienes un problema interno, la gente lo ve como un fracaso y no quiere pedir ayuda. 

¿Creéis que las redes han fomentado que haya más suicidios ahora? 

PD: Yo me he encontrado con cosas más oscuritas, pero no con eso. Pero sí que creo que los adolescentes utilizan las redes como diario. Igual su familia no sabe que están mal, y lo sabe gente que no los conocen. 

AC: Te escondes en la pantalla, y recibes apoyo. Yo también sigo a psicólogas que hacen directos sobre gestión emocional que igual me han ayudado en algún momento. Aprendo muchísimo. No me lo tomo como una verdad absoluta, pero aporta herramientas. 

Si la salud mental está tan presente, ¿es porque la gente está peor? 

AC: No, porque me junto con gente de muchas generaciones, y me cuentan sus cosas. 

PD: El otro día una amiga de mi madre nos contaba que una amiga de su madre había visto a una mujer ahorcarse delante suya en el pueblo. Historias de esas millones. Aunque creo que el tema de la pandemia ha hecho mucho, sobre todo a los adolescentes, que han pasado de no beber alcohol en su vida a ir a una macrofiesta y ponerse fatal. 

AC: También se han acostumbrado a hablar online, con filtros, y luego no se querían sacar la mascarilla en clase. Hay como un síndrome, un trastorno de identidad. 

PD: Tengo amigos profes, y muchos alumnos no se quitan la mascarilla. Tienen complejo de rostro, dicen. 

Y, ¿después de Las Gentiles, hay proyectos?

AC: Sí, yo participé en un documental, Las cartas perdidas, y ahora estamos haciendo castings. 

PD: Yo también estoy de castings, muchos castings.