Jungle Cruise

(Jungle Cruise)

  • Director: Jaume Collet-Serra
  • Guion: Glenn Ficarra, John Requa, Michael Green
  • Intérpretes: Dwayne Johnson, Emily Blunt, Jesse Plemons, Edgar Ramirez, Jack Whitehall, Paul Giamatti, Dani Rovira, Quim Gutiérrez
  • Género: Aventuras
  • País: EEUU
  • 127 minutos
  • Ya en salas y Disney+

Principios del siglo XX. Frank (Dwayne Johnson) es el carismático capitán de una peculiar embarcación que recorre la selva amazónica. Allí, a pesar de los peligros que el río Amazonas les tiene preparados, Frank llevará en su barco a la científica Lily Houghton (Emily Blunt) y a su hermano McGregor Houghton (Jack Whitehall). Su misión será encontrar un árbol místico que podría tener poderes curativos. Claro que su objetivo no será fácil, y en su aventura se encontrarán con toda clase de dificultades, además de una expedición alemana que busca también este árbol con propiedades curativas.

Por Roberto Morato

Cuando Walt Disney ideó Jungle Cruise, la atracción de Disneyland, concibió este idílico paseo en barca como una traslación del imaginario de las películas de aventuras y documentales de animales a la muy acomodada y nada fantasiosa California de la época. Una manera de llevar cierto salvajismo y primitivos a la clase media americana. Con el paso de los años, el objetivo principal de la atracción dejó paso a cierta posmodernidad irónica y a los juegos de palabras y referencias meta de los propios empleados — los llamados skippers — de la atracción que amenizaban el viaje de unos visitantes que ya no buscaban el exotismo original sino el rito iniciático de montar en una de las atracciones originales de Disneyland y ¿disfrutar? de su encanto kitsch. Más recientemente, la atracción ha sido únicamente protagonista de intensos debates sobre la representación y corrección política de algunas de sus escenas.

Si Walt Disney decidió construir una ventana artificial hacia lo ignoto, lo desconocido y lo exótico, el estudio ha decidido apostar por la opción más convencional a la hora de adaptar en cine una de sus atracciones fundacionales, lo cómodo, el riesgo mínimo y sobre todo, la idea de lo conocido y lo anteriormente visto. ¿Se puede tener nostalgia de los blockbuster de hace apenas una década cuando ya eran productos construidos sobre bases cinematográficas nostálgicas y construidos descaradamente para su explotación comercial? Pues en cierta manera, sí. La deriva de los blockbusters hacia la mediocridad más absoluta y su nula apuesta por una imaginería colosal y fantástica con imágenes cada vez más cartografiadas y sin ningún tipo de espectacularidad, hace echar de menos el espíritu lúdico de películas como la primera trilogía de Piratas del Caribe — las únicas, las verdaderas, las de Verbinski, el resto no existen — o las entregas de La Momia que dirigió Stephen Sommers, donde el terreno seguro de las cánones cinematográficos reconocidos por el espectador se unía a cierta experimentación en el campo de la imaginería digital.

«Collet-Serra es capaz de confiar en la seducción de la ficción y el poder de las imágenes para trazar una aventura que si bien no engancha por su originalidad, sí lo hace por atreverse a revisar el sentido cinematográfico de la aventura»

El cineasta español Jaume Collet-Serra, convertido desde hace años en habilidoso conservador de la esencia del cine de entretenimiento de Hollywood, es consciente que la renovación del espíritu del blockbuster pasa precisamente por esa vuelta al espíritu lúdico, por mucho que se trate de una cartografía reciclada. Sí, la relación absolutamente imposible entre Dwayne Johnson y Emily Blunt bebe de aventuras como La Reina de África con el habitual reciclaje ideológico posmoderno y sí, es obvio, que toda la imaginería digital de la película recuerda en demasía a Piratas del Caribe hasta el punto que uno podría creer que en cierta manera es un guion reciclado de aquella franquicia pero Collet-Serra es capaz de entregarse a la set piece y a la colosal construcción de imágenes para dejarnos como mínimo un par de secuencias espectaculares en torno a localizaciones tan gargantuescas como espectaculares. Desde la persecución y posterior persecución de un puerto brasileño, hasta la reimaginación del Trader´s Sam —nueva referencia a la mitología de la atracción— en imposible poblado indígena en las alturas. A diferencia de otros realizadores, Collet-Serra es capaz de confiar en la seducción de la ficción y el poder de las imágenes para trazar una aventura que si bien no engancha por su originalidad, sí lo hace por atreverse a revisar el sentido cinematográfico de la aventura.

  • Fotografía: Flavio Martínez Labiano
  • Montaje: Joel Negron
  • Música: James Newton Howard
  • Distribuidora: Disney