La Cabina 2022 : Deconstrucción de la mujer

Los años de Super-8, de Annie Ernaux, inauguró La Cabina, un festival que tiene, en esta edición, como cabezas de cartel a la mentada escritora francesa galardonada con el Premio Nobel, Rosalía, la coreana From Fall to Summer, Mejor Mediometraje, y la francesa Des jeunes filles enterrent leur vie, que fue la que más premios cosechó –dos–, amén de que podría haber figurado en lo más alto. Fascinantes en su justa medida media, son dos películas que cuestionan el histórico rol endosado al género femenino, y revindican la revuelta. Por Philipp Engel

Una mujer de una cierta edad, en el otoño de su vida, mira a cámara como ensayando un discurso. Tiene que decirle a sus hijas, algo así como la versión coreana de Mujercitas, que ha decidido separarse de su marido. No es tarea fácil para ella. Ni hacerlo, ni siquiera anunciarlo. Más simple hubiera sido continuar hasta el final. Pero no, ha preferido un viaje hacia la luz veraniega. Tal es la línea argumental de From Fall to Summer, segunda película de la joven realizadora surcoreana Weon Eun-seon, que podría ser el equivalente de un Hong Sang-soo o un Lee Chang-dong, de nueva generación. En femenino, claro. 

Para el Jurado –formado por Laura Rius Aran, auténtica reina del mediometraje gracias a dos joyitas como Les filles du feu (2021) y Millions (and Millions) of Memories (2018); Mariona Borrull, crítica cinematográfica, y el muy prolífico cineasta Adan Aliaga, fue el Mejor Mediometraje–. Y no se puede rechistar. Luminoso, epifánico, una revelación. Aunque no fue la única de la programación. También nos dejó muy satisfechos el doble premio para Des Jeunes Filles Enterrent Leur Vie, de Maïté Sonnet. 

Si en From Fall to Summer, una de las hijas proyectaba cuando su madre está en el trance de la separación, en Des Jeunes Filles Enterrent Leur Vie se trata de una despedida de soltera en el un fascinante balneario decadente escondido en el fondo de un valle. La institución del sagrado matrimonio tampoco sale bien parada en esta reunión de ninfas decimonónicas que desayunan cupcakes rellenos de bolitas de anís plateadas. El título no puede ser más líricamente explícito: Mujercitas que entierran sus vidas. Unas acaban renegando de su matrimonio, y la homenajeada empieza a verlo todo negro, mientras que su hermana, que es la que había llegado deprimidísima, acaba encontrando la luz al borde de un río ante la atónita mirada de una rana en peligro de extinción. 

From fall to summer

Todos los hombres podrían convertirse en sapo, y no pasaría nada. Esa podría ser una de las interpretaciones del final de esta pequeña y extraña maravilla, tan inteligente (Mejor Guion) como bonita (Mejor Diseño de Producción), que arranca con un paseo por una casa de muñecas en la que hay dinosaurios abusando de Barbies, por poner un ejemplo. El abuso aparece en el umbral de la adolescencia, como muestra Douceur intacte de l’été, mediometraje de irónico título de Saskia Waledisch, y muy apreciable coming-of-age al calor del estío francés, que fue la favorita del público asistente.  

Si la película y el título de Sonnet lo decía todo de los rituales de la opresión, estos  todavía son más extremos en el marco de la comunidad judía ultra-ortodoxa de París, que Stéphanie Halfon retrata de manera tan elegante como inquietante en Les vertueuses. La protagonista es apenas un poco más joven que la de Douceur intacte de l’été, y sufre doblemente, porque le ha venido la regla, y eso la convierte en impura, mientras que su hermana mayor está a punto de pasar por el complejo protocolo del casamiento, que incluye la compra de una asombrosa peluca de pelo natural. 

Mujeres que “pierden la inocencia” contra su voluntad; mujeres que han encontrado al “hombre de su vida”, y luego se desencantan; mujeres que se enamoran de otras mujeres. Mujeres que, bueno, han decidido romper sus cadenas, incluso cuando aparentemente ya no queda tiempo para hacerlo. Esa ha sido, en síntesis, la esencia de La Cabina 2022. Una esencia muy conectada con el zeitgeist, tanto en el fondo como en la forma, aunque el evento valenciano, como ya comentamos, también ha sido un recital de clásicos. Además de Rita Azevedo Gomes, y los “tableaux parlants” de A conquista de Faro, o la melancolía indomable de Angela Shanelec, dos clásicas, evocaremos para terminar esta crónica Regarde la mer, de François Ozon, cuando estaba a punto de salir del armario del mundo del corto y del medio, justo antes de debutar en el largo con Sitcom (1998). Posiblemente, el mejor Ozon, y una gran pregunta: ¿Por qué Sasha Hails no hizo más cine? 

Hails es una mujer abandonada en una isla con un bebé recién nacido, que suele dormir desnuda para dejarse acariciar por la suavidad intacta del verano. Su marido no aparecerá, después de “un largo viaje de trabajo”, hasta el último plano. Lo que llegará, en cambio, es una sensación de peligro, personificada por la mismísima Marina de Van (antes de su “salto al largo”, como directora, con Dans ma peau), con la que Ozon juega como si fuera Gaspar Noé. En todo momento, el espectador sufre por el bebé: inquietante es poco, escatológico también. Pero el momento que más hondo queda grabado en la memoria es el de Sasha Hails adentrándose en un bosque de cruising como el de El desconocido del lago. En ese microcosmos intrínsecamente masculino, Sasha se dejará besar, de cintura para abajo, por un desconocido, sin mediar palabra. Como acto de empoderamiento, nos parece de lo más expresivo. lacabina.es

PALMARÉS 

Mejor Mediometraje: From fall to summer, de Weon Eun-seon.

Fallo del Jurado: “Por subvertir discretamente las dinámicas del drama familiar, por la calidad de sus interpretaciones y por retratar, vibrante, una Corea en pleno cambio”.

Mejor Dirección: Limits of Vision, de Laura Harrison.

“Porque expande y retuerce una instantánea sencilla en un universo de psicodelia, cuyas imágenes desbocadas devuelven la fuerza a aquello que llamábamos «cine de mujeres»”.

Mejor Interpretación Principal: Ex aequo Walt Klink (Neontetra) y Begoña Suárez Ereño (Cuerdas).

“Para Walt Klink, por cargar cada recoveco de su interpretación con la pesadez de un presente difícil. Para Begoña Suárez Ereño, por combinar solidez, naturalidad y precisión en un primer papel de altura.”

Mejor Interpretación de Reparto: Alisa Bloemendaal (Save it).

“Por atraparnos con una máscara compleja y cambiante, sin renunciar por eso a la espontaneidad adolescente.”

Mejor Guión: Des Jeunes Filles Enterrent Leur Vie.

“Por desvelar, gracias a un juego ‘acurado’ y fresco con los diálogos, la conciencia melancólica y mórbida detrás de un compromiso vital”.

Mejor Diseño de Producción: Des Jeunes Filles Enterrent Leur Vie.

“Por convertir unas excelentes localizaciones en un mundo fabuloso e inquietante, resultado de la química entre los equipos de arte, producción y fotografía”.

Mejor Fotografía: The Dress.

“Por dar vida a espacios abandonados, a personajes sórdidos y a tiempos muertos, gracias a las virtudes poco reconocidas de una estética realista”.

Mejor Dirección de Arte: Les Vertueuses.

“Por capturar los visos específicos de la comunidad judía ortodoxa de París, así como la energía de sus ritos, siempre lejos de clichés y manierismos”.

Mejor Banda Sonora: Neontetra.

“Por convertir una textura electrónica en reflejo y a la vez catalizador del vaivén emocional del protagonista”.

 OTROS PREMIOS

Premio del Público: Douceur intacte de l’été. 

Mejor Mediometraje (Amalgama): Silent Voices, de Reka Valerik.