M3GAN

  • V.O.: M3GAN
  • Dirección: Gerard Johnstone
  • Guion: Akela Cooper. Historia: James Wan
  • Intérpretes: Allison Williams, Violet McGraw, Ronny Chieng, Amie Donald, Jen Van Epps
  • Género: Terror
  • País: EEUU
  • 102 minutos
  • El 4 de enero en cines

«Un ingeniero en robótica de una empresa de juguetes construye una muñeca realista que comienza a cobrar vida propia.»

Por Elisa McCausland y Diego Salgado

Escribía Simon May en su ensayo El poder de lo cuqui que si algo caracteriza el mundo de hoy es «una percepción de la dulzura, lo entrañable y la vulnerabilidad que oculta algo siniestro, indeterminado, incluso monstruoso, pero en un registro desenfadado y, a menudo, frívolo». A juicio de May, lo cuqui no se relaciona solo con el desvalimiento y la inocencia sino que apunta también, mediante el juego, la burla y la ironía, «al valor que otorgamos al poder, así como a nuestras suposiciones sobre quién lo detenta y quién no; a una subversión de las fronteras entre lo humano y lo extraño, lo inocente y lo astuto, lo claro y lo oscuro».

M3GAN, producción de terror a cargo del especialista James Wan que ha escrito una de sus colaboradoras más estrechas en los últimos años, Akela Cooper, es una muestra magnífica del espíritu cuqui que domina nuestro presente. Y no solo porque su robótica protagonista, un simulacro de niña perfecta, sea una versión adorable del muñeco diabólico abordado previamente por Richard Attenborough, Tom Holland, el mismo James Wan o Lars Klevberg en su estimable remake Muñeco diabólico (2019). Lo cuqui trasciende a M3gan para impregnar el mundo que la ha ideado: desde su inventora, Gemma (Allison Williams), a la empresa juguetera de nueva generación para la que trabaja, pasando por los muñecos que se ponen a la venta y que alienan a los niños a golpe de algoritmos y dispositivos móviles.

En primera instancia, M3GAN funciona a la perfección como actualización de determinados códigos del fantástico: la muñeca, creada para acompañar a los niños, es adoptada en tanto prototipo experimental por la sobrina de Gemma, Cady (Violet McGraw), traumatizada por la muerte accidental de sus padres. Poco a poco, M3gan se convierte en la tutora y confidente de Cady, lo que pasa factura a la relación nada fácil de por sí de la pequeña con su tía. El afán protector de la robot delata poco a poco vertientes incontrolables que amenazan la supervivencia de Gemma y Cady. El relato no es original pero está adaptado con eficacia a la era de las inteligencias artificiales y las familias disfuncionales, y el director Gerard Johnstone lo traduce en imágenes de suma claridad. M3GAN es una de las películas comerciales con menos grasa que hemos visto en un tiempo: puro músculo narrativo en el que resuenan ecos del cine de los años ochenta y noventa.

Lo más sugerente de la propuesta, en cualquier caso, es que el terror se da la mano con la sátira, más relevante de hecho en numerosas escenas. Akela Cooper no deja títere con cabeza en su crítica a nuestra sociedad de consumo material y emocional y la hipocresía que acarrea, las nuevas tecnologías y su influjo en nuestra atención y empatía hacia el otro, el menosprecio a los cuidados en favor de carreras profesionales abyectas, los potenciales de la inteligencia artificial frente a la mezquindad de la natural, y la pornificación de la infancia asignada femenina en paralelo a la infantilización del adulto millennial, entre muchos otros temas.

El personaje de M3gan es memorable, un artefacto que revela bajo su programación utilitarista una sociedad enferma, y lo mismo cabe decir de Gemma, una de las mujeres de ficción más problemáticas y fascinantes que recordamos. La sátira, unida al humor negro y una violencia muy calibrada, hacen de la propia M3GAN un cómic de Frank Miller o una película de Paul Verhoeven para tiempos de Baby Yoda. Totalmente recomendable.

  • Fotografía: Peter McCaffrey, Simon Raby
  • Montaje: Jeff McEvoy
  • Música: Anthony Willis
  • Distribuidora: Universal