María Callas
- Dirección: Pablo Larraín
- Guion: Steven Knight
- Intérpretes: Angelina Jolie, Pierfrancesco Favino, Alba Rohrwacher, Kodi Smit-McPhee, Valeria Golino…
- País: Italia
- Género: Drama
- 123 minutos
- Ya en cines
- «La tumultuosa, bella y trágica historia de la vida de la cantante de ópera más importante del mundo, revivida y reimaginada durante sus últimos días en el París de los años setenta.»
Por Elisa McCausland y Diego Salgado
María Callas culmina la trilogía de dramas basados en hechos reales gracias a los cuales Pablo Larraín ha analizado los potenciales emancipatorios y las servidumbres que conllevaron para mujeres célebres del siglo XX su cercanía a los poderosos. Al cineasta chileno siempre le ha interesado el poder y hasta qué punto sus engranajes devoran literal o metafóricamente a los individuos, como ponen de manifiesto No (2012), El club (2015) o El Conde (2023). Pero el hecho de convertir a Jacqueline Kennedy Onassis (1929-1994), la princesa Diana de Gales (1961-1997) y ahora la soprano Maria Callas (1923-1977) en protagonistas respectivas de Jackie (2016), Spencer (2021) y María Callas adquiere un valor extra, al abordar en ellas cómo “las desigualdades de género pueden sublimarse en determinadas posiciones de privilegio y adoptar las máscaras del personaje carismático, pero en última instancia el precio a pagar es muy alto para las mujeres” (Elfriede Jelinek).
Jackie era un ensayo de ficción, una película interesada por los constructos mediáticos que sostienen a las celebridades y su posible manipulación para garantizarse la supervivencia en un ambiente esencialmente hostil; Spencer, en cambio, quizá por no querer plantear el guionista británico Steven Knight fricciones en el tratamiento de la figura santificada de Diana de Galés, funcionaba regular como fábula, hasta el punto de resultar autoindulgente. María Callas, escrita asimismo por Knight, apuesta por el relato en duermevela, la pesadilla a veces lúcida y a veces alucinada, en sintonía con su descripción de la última semana en la vida de Callas, abandonada a los recuerdos, la sobremedicación y la esperanza ilusoria de volver a los repertorios operísticos tras su retiro de los escenarios doce años atrás.
María Callas es desde luego preferible al fallido documental de Yannis Dimolitsas y Tom Volf Maria Callas por Monica Bellucci (2023), que tuvimos la oportunidad de padecer hace unos meses en el Festival de San Sebastián; pero tampoco hace gala de una gran inspiración pese a recurrir según nos hallemos en el presente, el pasado o la mente malherida de Callas al blanco y negro, la simulación de imágenes de archivo y los juegos con la contraluz y los espejos. Todo en la película transmite la sensación de un producto, que no realización, aseado y de prestigio, destinado a una temporada de premios en la que finalmente no ha tenido suerte.



Cabe reconocerle, eso sí, el acierto en su retrato de los sirvientes al servicio de Callas, Bruna (Alba Rohrwacher) y Ferruccio (Pierfrancesco Favino), que terminan por ser su única familia, así como el paralelismo inevitable que suscita la elección de Angelina Jolie —menos actriz que icono, sin papeles relevantes en su haber desde hace años y una trayectoria tan ignorada como reivindicable tras la cámara— y el personaje que encarna, cuya condición de diva la protege de las inclemencias del mundo y sus patriarcas y, al mismo tiempo, la condena a existir por y para la luz de las candilejas; como explicaba la propia soprano, «me gustaría ser solo María, pero no deja de perseguirme La Callas, exigiendo que me comporte de acuerdo con su dignidad».
Por tanto, la melancolía que se desprende de las imágenes, uno de los puntos a favor de la película, tiene que ver sobre todo con el compromiso de Jolie con Callas, que trasciende claramente el simple esfuerzo interpretativo. Nos gusta fantasear con la idea de que en universo alternativo Jolie ha tenido éxito como cineasta y ha sustituido a Pablo Larraín, aportando a María Callas como actriz y directora la intensidad tortuosa que la caracteriza y que aquí echamos en falta.




- Montaje: Sofía Subercaseaux
- Fotografía: Edward Lachman
- Distribuidora: Diamond Films