Misterio y memoria en el palmarés de Lanzarote



La Muestra de Cine de Lanzarote concluyó el pasado 29 de noviembre con una Gala de Clausura en la que fueron laureados Amin Motallebzadeh, Masha Chernaya y Kamal Aljafari. Asimismo, la gala sirvió como reivindicación del trabajo humano detrás de los festivales y de la necesidad de espacios para que las películas, y las personas, sean cuidadas. 
Por Amaia Zufiaur

Es común que los jurados deliberen en privado, pero ya hemos visto que la Muestra de Cine de Lanzarote tiende a alejarse de lo común. Durante la mañana del sábado 29, en el espacio cultural El Almacén, la Sala Buñuel mantuvo sus puertas abiertas para asistir en directo, y sin secretos, a la deliberación del jurado oficial. La decisión de este año recaía en las manos de la crítica de cine, comisaria y cineasta argentina Lucía Salas; la crítica, profesora y autora Violeta Kovacsics; y el profesor y poeta Antonio Martín Medina. Tras horas de deliberación, y con una decisión unánime, se coronó a La conferencia de los pájaros de Amin Motallebzadeh como la mejor película de la sección oficial. 


Los tres responsables de este palmarés dijeron que se decantaron por premiar «el misterio», y añadieron que el film «se presenta como un enigma, sugerente y sensual. Toma el fútbol como marco para instalarse en un estado de ánimo y en un vacío, en los fascinantes intersticios del lenguaje para revelar los espacios que no se ven, entre la palabra y lo que es, entre un idioma y otro». La película de Motallebzadeh tiene una premisa que vertebra todo su ser, pero no es lo más relevante: un entrenador que muere y cuyo espacio no se sabe cómo ocupar. Es una película en la que nada se dice directamente y solo podemos intuirlo. En esta obra con el mundo del fútbol en el foco, la única vez que se ve un partido es en un vídeo sobre una jugada en la que el equipo ha dejado un vacío en el campo, se les critica por ello y por no ver a sus compañeros. No somos nada solos, parece que nos dice Motallebzadeh. Tampoco podríamos entender muchas cosas si no existiera alguien que las traduzca. En este caso eso es literal, el director confesó tener una fascinación absoluta por las ruedas de prensa, la atmósfera que las envuelve y por las traducciones de los testimonios de los jugadores. 


En una sincronía inesperada, la pasión que mueve a las masas desde el césped fue doblemente reconocida… más o menos. El jurado volvió a premiar al fútbol y también «a la religiosidad popular y la historia del arte», otorgando el galardón al mejor cortometraje de la sección Cruce de Caminos a Inmaculada, de Amos Milbor. Aunque se distancia en fondo y forma a la hora de mostrar el deporte, ambas obras quedan unidas por esta pulsión. Seguramente una de las pocas piezas cómicas (si no la única) proyectadas en la Muestra, ya señalábamos en nuestra breve crónica que Milbor trata la fe con ironía; ahora podemos añadir que esa fe es tanto la religiosa como la futbolera. 



El jurado oficial decidió que también habría una mención especial. Fue para The Shards de Masha Chernaya por «crear un nosotres nuevo para este mundo duro, que pueda pararse a relatar lo que significa vivir y morir hoy». La película habla de la Rusia de ahora y está también íntimamente relacionada con trabajos como los de Ignacio Agüero o Federico Atehortúa, relatos privados asolados por el gran relato de la nación, que nos recuerdan siempre, que lo personal es político. 


El jurado joven, al igual que en 2024, coincidió con la decisión del oficial otorgando la Mención Especial a la misma película. En su caso destacaron que la obra de Chernaya retrata «otra mirada diferente a la hegemónica que se ve en las noticias». El comité juvenil lo conformaron: Inés Landín Casablanca, Juan David Bedoya, Bautista Barreto González, Eugenia Candelaria García De la Hoz y Lleïr Cagni Duroni Nicolás. Su resolución final, sin embargo, fue bien diferente, otorgando el gran premio a Kamal Aljafari por Con Hasan en Gaza, porque «consigue presentar la tragedia de una forma diferente a la que estamos acostumbrados a ver. Le da un sentido a las imágenes de archivo propias y es un ejercicio y lucha contra el olvido.»


Con Hasan en Gaza es la grabación de un viaje que realizó su director a la ciudad palestina durante la Segunda Intifada. El archivo se quedó olvidado hasta el año pasado, cuando Aljafari lo montó para dar forma a esta película. Esta singularidad del filme no hace sino engrandecerlo. Las imágenes grabadas en 2001 y su relación con el conflicto se despliegan en varias dimensiones que cobran otro cariz al tener como hilo conductor la memoria evocada por Kamal Aljafari, quien emprende este viaje para buscar a un amigo que conoció en prisión cuando tenía 17 años. El presente fílmico no para de resonar con fuerza en el ahora extradiegético. «Hoy las imágenes se usan para exterminar también», se señaló desde el jurado comentando los vídeos de la ciudad en ruinas que inundan redes y medios, pero, aunque la esperanza parece no existir, y se haya perdido para muchos, esta imagen de la Ciudad de Gaza aún sin destruir logra, por lo menos mientras dura la película, darle un pequeño momento de inmortalidad. 



La Muestra de Cine de Lanzarote cerró así una edición marcada por la apertura de espacios, de miradas, de memorias y por una defensa firme del trabajo humano que sostiene al cine. En su discurso final, Javier Fuente Feo recordó que quienes hacen películas y quienes hacen posible los festivales entregan «muchas horas de vida, muchos momentos de afectos, de tranquilidad, de serenidad, para construir propuestas que terminan resultando necesarias». En ese cuidado que la Muestra reivindica para las películas y para las personas está su apuesta, la de seguir defendiendo un cine que piensa y que acompaña.

La Muestra de Cine de Lanzarote se celebra del 20 al 30 de noviembre.

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