Por Roberto Morato

La llegada de las televisiones privadas como agentes masivos dentro de la producción del cine español ha provocado la búsqueda casi desesperada de fórmulas mágicas de rentabilidad para recuperar la inversión obligada dentro de sus propias películas. La comedia, género por excelencia dentro de la historia de nuestro cine y en pleno auge comercial durante los últimos años, es uno de los máximos exponentes de estas nuevas vías de producción. Cada vez es más habitual, la compra de derechos de comedias de probado éxito en territorios como Italia, Francia o Latinoamérica para la realización de versiones patrias. Se busca la universalidad de los argumentos y las situaciones para minimizar el riesgo de la inversión. Tal es el caso de Operación Camarón, peculiar adaptación de la original Song e Napule que traslada el particular universo de la camorra napolitana a la idiosincrasia gaditana.

De la globalización de las ideas y las fórmulas a la localidad del talento, porque si por algo destaca Operación Camarón, es por el acertado reciclaje que tanto su director, Carlos Theron, ya curtido en estas lides de tener que adaptar fórmulas ajenas a su idea de comedia como se comprobó en la estupenda Lo dejo cuando quiera, como sus guionistas Josep Gatell y Manuel Burque, que también actúa como secundario dentro de la película, del argumento original para llevárselo al terreno del esperpento español. Con la complicidad de sus actores, en especial Julián López, una siempre maravillosa Miren Ibarguren aplicando justicia profesional en forma de collejas y el descubrimiento de Carlos Librado, “Nene”, para aportar la necesaria autenticidad a la película. El cuidado por el detalle más nimio, como la persistencia de una banda sonora que de tan esperpéntica como eficaz acaba taladrando el cerebro en el mejor de los sentidos, y el gusto por la libertad a la hora de colaborar con los intérpretes hacen de Carlos Theron un realizador especialmente dotado para trabajar dentro de los registros cómicos que es donde logra brillar con cierta luz propia la película y salvar la papeleta de tener que transitar entre géneros que es donde acaba quedando más coja. La necesidad de transitar los caminos recorridos por la película original, le obliga a pagar el peaje de erigirse en una comedia de acción cuando claramente no tiene el calzado necesario para tan largo recorrido.

Puede que Operación Camarón no sea la revolución en la comedia que nos promete José Antonio Luque durante cada pausa en la Eurocopa pero es una comprobación del talento de un cineasta que consigue reformular una operación descaradamente comercial y llevársela a su terreno para entregar una comedia competente que se te queda pegada en el cuerpo al ritmo del trap machacón que acompaña durante todo su metraje.

• Fotografía: Sergi Gallardo
• Montaje: Carolina Martínez Urbina
• Música: Riki Rivera
• Distribuidora: Disney