¿Qué vemos cuando miramos al cielo?

(Ras vkhedavt, rodesac cas vukurebt?)

  • Dirección: Alexandre Koberidze
  • Guion: Alexandre Koberidze
  • Intérpretes: Ani Karseladze, Giorgi Bochorishvili, Oliko Barbakadze, Giorgi Ambroladze
  • Género: Drama, romance, fantástico
  • País: Polonia
  • 93 minutos
  • Ya en salas

Lisa y Giorgi se encuentran por casualidad en una calle de la ciudad georgiana de Kutaisi y el flechazo es inmediato. Tanto, que incluso olvidan preguntarse sus nombres. Antes de continuar su camino, acuerdan reunirse al día siguiente. Poco saben que un mal de ojo les hechiza. ¿Conseguirán reencontrarse? Y si lo hacen, ¿sabrán quiénes son?

Por María Adell

«El azar es fiable», afirma uno de los personajes del desbordante segundo largometraje del georgiano Alexandre Koberidze. Es una frase contradictoria que hubiera encantada a Éric Rohmer —junto con Robert Bresson y Abbas Kiarostami, uno de los referentes inmediatos que se agolpaban en la cabeza de esta crítica conforme se desplegaban las misteriosas imágenes de apertura— y, también, una sentencia que se adapta como un guante a una obra asentada en esa idea de contraste, de tensión entre la realidad y el artificio, el documental y la ficción.

Tensión es, sin embargo, la palabra menos indicada para hablar de una película que se despliega con la fluidez de ese río que atraviesa la ciudad georgiana de Kutaisi (auténtica protagonista del filme) y que conecta entre sí a todos sus habitantes. La narración, marcada por una omnipresente voz en off, es, también, caudalosa: esta es la historia del amor imposible entre Lisa y Giorgi, víctimas de un hechizo; pero también la de una directora de cine que quiere acabar la película en la que lleva años trabajando; o la del propietario de una cafetería que no consigue atraer clientes, pese a proyectar los partidos del Mundial de fútbol. Koberidze muestra una pasión inusitada por el arte de contar historias —en esto, su cine se acerca al de Miguel Gomes— combinada con una inusual habilidad: parece filmar como si fuera la primera vez que lo hace. Así, un partido de fútbol infantil, rodado en plena calle, resulta más emocionante que cualquier encuentro televisado. Así, los animales (esos perros callejeros robaescenas) y los objetos (tuberías que hablan, vientos que susurran secretos) cobran vida. Así, las hojas de un árbol, moviéndose por la brisa, rememoran el efecto milagroso de los orígenes del cine.

No es extraño, por tanto, que, en un momento dado, la película pida a los espectadores que cierren los ojos para volverlos a abrir un par de segundos después. Es un acto de fe colectiva que demanda la participación activa de la audiencia y con el que Koberidze parece invitarnos a volver a mirar o, al menos, a hacerlo de otro modo, como si realmente nos importara. Cerrar los ojos para después abrirlos puede ser —como enamorarse súbitamente, como mirar repentinamente hacia el cielo, como filmar con una cámara analógica y después descubrir lo filmado— una auténtica epifanía, una revelación. En ¿Qué vemos cuando miramos al cielo? —un filme humanista, hermosísimo, asombroso en su utilización torrencial de recursos cinematográficos— el azar no es lo único fiable: el amor y el cine son las otras dos cosas en las que se puede confiar con los ojos cerrados.

  • Fotografía: Faraz Fesharaki
  • Montaje: Alexandre Koberidze
  • Música: Giorgi Koberidze
  • Distribuidora: Noucinemart