San Sebastián #3: Steve 'The Truth' Carrell
– San Sebastián #3: Steve 'The Truth' Carrell –
- Timothée Chalamet ha cancelado todas las entrevistas para la prensa escrita.
- Es que en España se quiere mucho a Woody Allen.
A veces ocurren cosas que no tienen mucho sentido. A veces para bien, a veces para mal. Como cuando Cárdenas fichó por TVE. O como el “alcorconazo”, aquel 4-0 que el humilde Alcorcón le metió al Real Madrid de Raúl, Benzema, Van Nistelrooy y Van Der Vaart. Como esos profesionales terribles que ostentan grandes cargos (¡y encima sin enchufes!). Cosas que no responden a ninguna lógica concreta, que simplemente ocurren porque sí y es mejor no pensarlas demasiado. Corrían los primeros días del otoño del año 2000 y Paul Pierce estaba a punto de empezar su tercera temporada como gran promesa de los Celtics de Boston. ¿Y qué haces si tienes 23 años, mucho dinero y mides dos metros? Sales a algún club a ligar. Lógico. Lo que ya no tiene mucho sentido es que Pierce decidiera calzarse una gruesa chaqueta de cuero como indumentaria para su escapada. Primero porque quedó documentado que esa tarde hacía todavía mucho calor, segundo porque si de lo que se trata es de guapearse, cuantas menos capas, mejor. Vamos, si yo fuera jugador de la NBA y midiera dos metros, intentaría ir siempre sin camiseta. No sé vosotros. El caso es que Pierce salió con su chaquetón de cuero y en poco menos de dos horas se vio metido en una reyerta en un club que terminó como una auténtica carnicería: Pierce fue apuñalado hasta once veces. En la cara, en el cuello, en la espalda. De postre, una botella de champán caro se hizo añicos contra su cabeza. Once cuchilladas son muchas cuchilladas. Once cuchilladas es un asesinato lorquiano. Para colmo una de las cuchilladas se quedó a escasos centímetros de su corazón. Pero sobrevivió. Y lo hizo porque su gruesa chaqueta de cuero amortiguó los peores navajazos. No solo sobrevivió, sino que treinta y seis días después entraba en cancha para el debut de los Celtics en la liga frente a los siempre aguerridos jugadores de Detroit. Y metió 28 puntos. El resto ya es leyenda de la NBA: el anillo del 08 en el que se autoproclamó como mejor jugador del mundo, ese mítico big three junto a Garnett y Allen, los enfrentamientos contra Kobe, contra LeBron, O’Neal bautizándolo como “The Truth”, el partido de la silla de ruedas o sus célebres tiros letales sobre la bocina. Y todo gracias a que aquel día cálido de septiembre decidió ponerse una estúpida chaqueta de cuero.