Por Roberto Morato

El canadiense Jeff Lemire es uno de los autores de cómic más prolíficos y ejemplares de la actualidad. Actuando en ocasiones como autor completo de sus obras, se caracteriza por presentar personajes rotos, encerrados en un espacio emocional y físico —los lugares donde transcurren las ficciones del escritor y dibujante siempre juegan un papel determinante en sus historias—, incapaces de sanar, una mirada eternamente melancólica sobre el mundo que nos rodea. Sweet Tooth fue uno de sus primeros grandes trabajos para el sello Vertigo y llevaba los relatos habituales en torno al Apocalipsis a los límites habituales del autor canadiense. Para esta adaptación, producida por Warner Bros a través del matrimonio Downey y distribuida por la plataforma Netflix, se ha decidido contar con el cineasta y guionista Jim Mickle que ofrece una mirada totalmente distinta y a la vez complementaria al material original.

«Jim Mickle ofrece una mirada totalmente distinta y a la vez complementaria al material original de Jeff Lemire: se siente mucho más cercana a una de esas historias que se cuentan alrededor de una fogata, en comunión con la naturaleza y que sirven para implementar mitos y leyendas en las nuevas generaciones»

Quizás porque en tiempos pandémicos la mirada cruda y desesperanzada del cómic original no tiene cabida, nuestro estado de ánimo, o quizás sea una simple decisión creativa, pero Mickle y la guionista Beth Schwartz han preferido trabajar sobre la base de una fábula asentada en la metáfora ecologista. La persistente voz en off encarnada por James Brolin, que narra los hechos desde un conveniente futuro, acumula interesantes dividendos para posteriores temporadas de la serie: incremente esa sensación de parábola y relato oral narrado a través de las imágenes.

Si en el cómic original la perdida de la inocencia a través de la confrontación con el mundo real es uno de los temas centrales de la narración, Mickle decide que sea el propio protagonista, Gus, caracterizado magistralmente por el actor infantil Christian Convery, el que modifique el mundo de su alrededor a través de su encanto y personalidad. Personajes maleados por el nuevo mundo apocalíptico que se ven transformados por el contacto con la inocencia arrebatadora del niño híbrido. Una modificación que recalca el carácter de cuento de hadas de esta adaptación por delante de los parámetros habituales del ya clásicos subgénero apocalíptico. Sweet Tooth: El niño ciervo se siente mucho más cercana a una de esas historias que se cuentan alrededor de una fogata, en comunión con la naturaleza y que sirven para implementar mitos y leyendas en las nuevas generaciones que de una agria mirada hacia los designios de una sociedad condenada y empeñada en destruir el planeta que la acoge.

• Fotografía: Aaron Morton, Dave Garbett
• Montaje: Michael Berenbaum, Shawn Paper
• Música: Jeff Grace, Russell Pollack