Treasure
- V.O.: Treasure
- Dirección: Julia von Heinz
- Guion: Julia von Heinz, John Quester
- Intérpretes: Lena Dunham, Stephen Fry, Zbigniew Zamachowski, Robert Besta…
- País: Alemania
- Género: Drama
- 112 minutos
- Ya en cines
- «Es 1990 y la periodista musical Ruth y su padre Edek, un superviviente del Holocausto, realizan un viaje por su tierra natal, Polonia. Su viaje los llevará a Varsovia, Łódź, Cracovia y al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Ruth quiere descubrir sus propias raíces y explorar la historia de su familia. Edek, que en aquel entonces tomó la decisión de abandonar Polonia para siempre y acabar con el pasado, acompaña a su hija principalmente para vigilarla. Cuando los dos visitan la antigua casa familiar, conocen a la familia polaca que ahora vive allí, la actitud de Edek comienza a cambiar»
Por Elisa McCausland y Diego Salgado
Treasure es una de esas películas de madres, idónea para una sesión de martes otoñal en cine céntrico o plataforma de streaming antes de merendar; una de esas películas que, bajo sus hechuras funcionales y su tono tragicómico un tanto forzado y hasta inconveniente, aborda cuestiones de cierta trascendencia con más hondura que muchos eventos de temporada.
Basada en hechos reales novelados por la escritora Lily Brett —hija de supervivientes al Holocausto— Treasure tiene un planteamiento típico: Edek (Stephen Fry), judío polaco emigrado a Estados Unidos tras una experiencia inenarrable en los campos de exterminio nazis, vuelve a su país tras caer el Muro de Berlín en compañía de su hija Ruth (Lena Dunham), periodista de éxito en Nueva York. El viaje a Polonia tiene como objetivo disimulado reparar viejas heridas entre Ruth y Edek tras fallecer la madre de ella, aunque en la superficie sirva sobre todo para que Ruth pueda conocer de primera mano el pasado —y el sufrimiento— de sus ancestros y escribir sobre ello.
Edek, sin embargo, está más interesado en recuperar la cotidianidad que le robaron los nazis, en (re)vivir el día a día de ser polaco, que en atender a las demandas de datos y fechas que le hace Ruth, cuyo viaje está medidado por una maleta llena de ensayos sobre Polonia y el Holocausto y por un sentimiento apremiante de reparación de agravios e injusticias larvado en constructos intelectuales y culturales.
Una escena temprana revela con sensibilidad este desencuentro entre padre e hija: Ruth se ha empeñado en visitar Lodz, donde residió la familia de Edek hasta que los nazis arrasaron con la comunidad judía de la ciudad, pero Edek no tiene ganas de darle vueltas a anécdotas concretas de su pasado y prefiere mostrar a Ruth la casa natal de Frédéric Chopin. Ruth se enfada con Edek, cree que le está haciendo perder el tiempo, pero, en el camino de vuelta al hotel donde se hospedan padre e hija, escuchamos de forma extradiegética una composición del músico polaco sobrepuesta a los ojos melancólicos de Edek, abismados en el paisaje. A la coguionista y directora Julia von Heinz —cuya anterior película, Y mañana el mundo entero (2020), tuvo cierta repercusión internacional— le basta este recurso sencillo para hacernos comprender que la visita a la casa de Chopin no es una maniobra de escapismo por parte del anciano, sino una pieza más en su intento por aprovechar el viaje para reconquistar su identidad tras el horror del campo de exterminio y el extrañamiento propio de un polaco obligado a ser inmigrante en Estados Unidos durante medio siglo.
Treasure articula así una dialéctica sugerente entre quienes tienen todo el derecho del mundo a gestionar su memoria histórica como les plazca, pues la han experimentado en primera persona, y quienes vienen detrás y, en ocasiones, analizan la memoria histórica de los colectivos con un talante teñido de signal virtue, falto de empatía real para con las víctimas del pasado. Hay otras escenas brillantes en este aspecto: la jornada en Auschwitz, donde Edek descubre que el relato que se ofrece a diario a los turistas sobre el funcionamiento del campo está plagado de inexactitudes, o la descripción de la ruin familia polaca que ocupa la vivienda donde antaño residieron Edek, su hermana y sus padres, y que pretende vender al superviviente utensilios y objetos personales de los suyos.
Ruth accede a comprarlos sin caer en la cuenta de que contribuye con ello a la degradación procedimental y materialista de la memoria del Holocausto. A su vez, la situación obliga a Edek a mirar por fin el pasado de frente y le impulsa a legar a su hija un patrimonio material cuya carga inmaterial tiene un enorme valor simbólico. La ficción se aboca así en sus últimos minutos a un acuerdo de mínimos entre padre e hija en virtud del amor que sienten el uno por el otro y la comprensión de sus respectivas perspectivas sobre el pasado polaco y familiar. Treasure es una película modesta, pero se aprecia con claridad que todos los implicados —tanto Stephen Fry como Lena Dunham tienen ascendencia judía— creen en el interés de lo que se está contando, y eso se traslada a la pantalla.
- Montaje: Sandie Bompar
- Fotografía: Daniela Knapp
- Música: Antoni Lazarkiewicz, Mary Komasa
- Distribuidora: Vertigo Films