Un mal viaje

Un mal viaje
(Bad Trip)

  • Dirección: Kitao Sakurai
  • Guion: Jenna Park, Kitao Sakurai, Kathryn Borel (Historia: Dan Curry)
  • Intérpretes: Eric André, Lil Rel Howery, Tiffany Haddish
  • Género: Comedia
  • País: EEUU
  • 94 minutos
  • Disponible en Netflix

Dos amigos se embarcan en un viaje por carretera a través del país haciendo bromas con cámara oculta a la gente.

Por Daniel de Partearroyo

Las bromas de cámara oculta me generan incomodidad a nivel molecular, pues no dejo de verlas como la teatralización de un abuso de poder basado en un engaño miserable; reírse a costa de alguien tan ajeno que ni sabe que está siendo objeto de un chiste. Sin embargo, ese barro del humor zafio puede convertirse en la más delicada de las arcillas para creaciones tan sofisticadas como las de Sacha Baron Cohen, Nathan Fielder —no por nada, con quienes el asunto de esconder la cámara suele salir de la ecuación— o la alquimia que logran Eric André y Kitao Sakurai en Un mal viaje. Una película narrativa construida a base de escenas de cámara oculta tan kamikazes como las que llevaban a cabo en The Eric André Show.

El mayor hallazgo de esta hilarante batidora de realidad y ficción quizás sea la transformación de individuos anónimos en personajes genuinos que sacan lo mejor de sí ante el disparate.

El argumento de Un mal viaje sigue al milímetro el esquema de una comedia bromance típica —dos amigos viajan de Florida a Nueva York para que uno se ponga en contacto con la chica de sus sueños— con cada cliché del guion orquestado como una aparatosa cámara oculta donde los personajes de ficción interactúan con personas reales. La elaboración de situaciones límite para generar reacciones impactantes es para quitarse el sombrero, como ocurría en ese gran referente que es Bad Grandpa (Jeff Tremaine, 2013), pero el mayor hallazgo de esta hilarante batidora de realidad y ficción quizás sea la transformación, delante de nuestros ojos, de individuos anónimos en personajes genuinos que sacan lo mejor de sí ante el disparate. La grabación inadvertida que quería alterar lo intrascendente recibe así un contraataque de nobleza por parte de lo real que reconcilia con la naturaleza humana más que cualquier happy end manufacturado por Hollywood.

  • Fotografía: Andrew Laboy
  • Montaje: Sascha Stanton Craven, Matthew Kosinski, Caleb Swyers
  • Música: Ludwig Göransson, Joseph Shirley