Superman
- Dirección: James Gunn
- Guion: James Gunn
- Intérpretes: David Corenswet, Rachel Brosnahan, Nicholas Hoult, Edi Gathegi, Anthony Carrigan, Nathan Fillion…
- País: EEUU
- Género: Aventuras
- 129 minutos
- Ya en cines
- «En un mundo cínico que ha perdido la fe en la bondad, Superman lucha por reconciliar su herencia kryptoniana con su crianza humana en Smallville como Clark Kent. Mientras protege a la humanidad, encarna la verdad, la justicia y el estilo americano, desafiando una era que considera estos valores obsoletos. »
Por Diego Salgado & Elisa McCausland
Si James Gunn hubiese tenido valor, esta nueva encarnación cinematográfica del personaje emblema de la editorial DC —con permiso de Batman y Wonder Woman— habría tenido como título Superboy y su protagonismo habría correspondido a un Clark Kent adolescente e inexperto, sumido en un proceso agridulce de madurez como miembro adoptado de la especie humana y como superhéroe, que le llevaría antes o después a ser Superman. Solo así podría justificarse el retrato que plantea esta Superman de 2025 de un Hombre de Acero impotente, naif, invitado de piedra en su propia ficción.
Se supone que Gunn ha pretendido recuperar, tras el perfil tortuoso del Superman interpretado por Henry Cavill entre 2013 y 2021, un espíritu idealista y jovial para el superhéroe, en la estela de su Edad de Plata en los cómics, que aportó además a su universo un buen número de familiares, sidekicks y enemigos estrafalarios, aspectos reivindicados asimismo para la ocasión, con el All-Star Superman (2005-2008) de Grant Morrison y Frank Quitely como intermediario. Pero esa visión no tenía por qué implicar un menoscabo tal de Superman, que nos permite hablar de paradigma inédito en la gran pantalla.
Si hace ya dos décadas escribíamos a propósito de Superman Returns (2006) que Bryan Singer había aspirado a reeditar la masculinidad heroica clásica que habían plasmado Superman (1978) y Superman II (1980) a la sombra del 11-S y el concepto de nueva masculinidad de moda por entonces, y el estreno de El hombre de acero (2013) nos permitió concluir que Zack Snyder concebía al personaje como divinidad, beefcake e idiota moral, el Superman de James Gunn es un niño grande, sin agencia ni carácter; un icono de la amabilidad, la inocencia y la negativa a crecer superando los desafíos que salen a su encuentro.



Pero esos atributos blancos, carentes de complejidad y aristas —que borda el actor David Corenswet—, constituyen para sorpresa de nadie un rasgo de cinismo por parte de Gunn, quizá el rasgo más definitorio de su cine de superhéroes bajo su simulacro de empatía y buen rollo, como dejaba claro su ensayo de ficción previo en torno al género, sus protagonistas y sus fans: Super (2010). Gunn precisa que Superman sea nadie para reformar su propia hoja de servicios, dentro y fuera de la pantalla, y para dar cabida en las imágenes a otros muchos personajes con sus imaginarios correspondientes, sin que eso tampoco traiga aparejado nada relevante ni profundo.
Superman es, en esencia, un intento atropellado, frenético por dejar atrás el Snyderverse, por la vía de implantar a presión en la memoria del público el Gunnverse; intento en el cual la huella a destiempo del Universo Cinemático Marvel último, una ensalada metamoderna de superhéroes que van y vienen y de situaciones que apuntan a lo importantísimo y acaban por quedar en anécdota, es evidente. De este modo, casi nada funciona en Superman en sí mismo considerado, pero los ojos tienen siempre algo nuevo a lo que agarrarse y hasta llegan a atisbar un espejismo de futuro para el Universo DC.
Podemos escoger así entre un conflicto internacional interpretable a nivel político de mil formas o ninguna; las maquinaciones criminales y en contra de Superman por parte de su archienemigo, Lex Luthor (Nicholas Hoult), a cada escena más psicótico y menos interesante; la relación tormentosa de Clark con su compañera de redacción en el Daily Planet, Lois Lane (Rachel Brosnahan); las apariciones más o menos carismáticas de Mister Terrific, Metamorfo, Hawkgirl, Guy Gardner, La Ingeniera y otros héroes y villanos; o la presencia irritante de la mascota de Superman —o, mejor dicho, de Supergirl—, el perro Krypto, cuyo atractivo radica menos en el empeño calculado por infantilizar a Superman que de dar voz a sus vertientes oscuras, reprimidas.

Los elementos aglutinantes de esta, como decíamos, ensalada, son un humor tan reiterado como efectivo solo a veces, el recurso desvergonzado en varias ocasiones para suscitar emociones pavlovianas al tema musical de John Williams sobre el personaje, y, lo más destacable, un arco argumental acerca de los orígenes supremacistas de Superman y su elección final de la especie humana que da lugar a las escenas más sólidas desde el punto de vista dramático. Por tanto, aunque la película es moderadamente divertida y sabe hacerse eco de sensibilidades contemporáneas, su apuesta premeditada por dejar a un lado lo memorable hace de ella una experiencia con fecha de caducidad, y poco original para lo que exigía la reinvención del universo superheroico de DC/Warner y dentro de la trayectoria de James Gunn.
Tampoco las escenas de combate y catástrofe dan la talla, su carácter mundano y enunciativo hace que echemos de menos el sentido alucinado del espectáculo de Zack Snyder; aunque sí resulte un acierto la filmación por James Gunn de la acción desde un punto de vista cercano a los personajes, sin miedo a la profundidad distorsionada de campo y hasta el ojo de pez, estrategia cuyo impacto visual incrementará el IMAX. La cámara se ciñe o gira en torno a los rostros y los cuerpos sin descuidar el skyline, los interiores y los cielos de Metrópolis, sustanciados con un elegante diseño de producción por Beth Mickle, colaboradora habitual de Gunn. La película está siendo alabada —o elevada a los altares, de acuerdo a la falta absoluta de criterio que preside hoy por hoy el análisis del cine comercial— por otros factores, pero lo más recomendable de ella son sus aspectos técnicos.




- Montaje: Craig Alpert, William Hoy
- Fotografía: Henry Braham
- Música: John Murphy, Dave Fleming
- Distribuidora: Warner Bros