Blue Beetle

  • V.O.: Blue Beetle
  • Dirección: Angel Manuel Soto
  • Guion: Gareth Dunnet-Alcocer
  • Actores: Xolo Maridueña, Susan Sarandon, Adriana Barraza, Damián Alcázar, George López, Bruna Marquezine
  • Género: Superhéroes, comedia familiar
  • País: EEUU
  • 127 minutos
  • Ya en salas

«Jaime Reyes, recién licenciado, regresa a casa lleno de aspiraciones para su futuro, pero descubre que su hogar no es exactamente como lo dejó. En su búsqueda por encontrar su propósito en el mundo, el destino interviene cuando Jaime se encuentra inesperadamente en posesión de una antigua reliquia de biotecnología alienígena: el Escarabajo. Cuando el escarabajo elige a Jaime como huésped simbiótico, éste recibe una increíble armadura con poderes extraordinarios e impredecibles que cambiarán para siempre su destino y le convertirán en el superhéroe BLUE BEETLE. »

Por Elisa McCausland y Diego Salgado

Tiene gracia que, justo cuando el Universo Expandido de DC va a reformatearse tras una década de intentos agónicos por emular el éxito de Marvel Studios, Blue Beetle se constituya en la película de superhéroes más próxima al espíritu de los filmes producidos por Kevin Feige. Y no en el mejor de los sentidos, pues, lejos de asemejarse a las primeras películas de Marvel, encargadas a realizadores veteranos y entregadas a la revisión de géneros tradicionales, Blue Beetle tiene más que ver con la última época de aquel estudio, en la que han primado sobre cualquiera otra consideración la atonía audiovisual, los chascarrillos, las dinámicas familiares atravesadas por el conformismo, un sentido del superheroísmo que niega una y otra vez los potenciales más disruptivos del género, y un concepto de la diversidad que pretende ser rupturista y acaba por provocar vergüenza ajena.

El superhéroe que se incorpora en esta ocasión al Universo Expandido de DC es Blue Beetle, creado en 1939 y llegado hasta nuestros días a través de una serie de vaivenes editoriales y reinvenciones que le han impedido adquirir en las viñetas una relevancia memorable más allá de aventuras escritas a cada tanto por Len Wein, Keith Giffen o Tony Berard. En su encarnación actual —que, debido no solo a los cómics sino también a la animación ha procurado al personaje cierta entidad que ahora revierte en el cine—, Blue Beetle es un joven de ascendencia mexicana, Jaime Reyes (Xolo Maridueña); gracias a un escarabajo entre lo milenario y lo alienígena, Jaime es poseído por una armadura biomecánica que le permitirá luchar contra Victoria Kord (Susan Sarandon), empresaria sin escrúpulos que cuando no está creando tecnología armamentística está destruyendo tejidos urbanos humildes a golpe de gentrificación.

Blue Beetle apela a todos los discursos sobre clase, raza, imperialismo, capitalismo y marginalidad imaginables, lo que nos parecería interesante si no fuera porque, en la práctica, juega a una ambigüedad ideológica que hace aguas antes incluso de que acabe la película y el espectador disponga de la tranquilidad suficiente como para sumar dos y dos. Vale la pena recordar el díptico Machete (2010-13), en el que Robert Rodríguez no hacía prisioneros a la hora de reivindicar el espíritu latino frente a la opresiva hegemonía blanca que ha regido los destinos de la sociedad estadounidense y los propios constructos de Hollywood, algo que se traducía en debate político e imágenes trash. Por el contrario, el director de Blue Beetle, Ángel Manuel Soto, y el guionista Gareth Dunnet-Alcocer —que ya había operado de modo similar en su escritura para el desastroso remake de la producción mexicana Miss Bala (2011)—, se limitan a denunciar maldades sistémicas de brocha gorda, meros lugares comunes a estas alturas, para otorgar carta de naturaleza a un capitalismo de rostro humano, o diverso, que, vaya por donde, es el que ha dado pábulo a su película. Ello se cobra el precio de múltipes estereotipos argumentales y formales, deudores menos de la naturaleza inicial de la película como producción para el canal HBO Max —los efectos visuales, de hecho, son impecables— que del afán por amoldar sensibilidades y culturas al máximo común denominador del ruido referencial, la furia digital y la adaptación al mercado global.

De este modo, un superhéroe al que se da la oportunidad de reencarnar a los orgullosos guerreros y feroces revolucionarios que han plantado cara durante quinientos años a conquistadores, oportunistas y ladrones de tez pálida, se queda en arribista que ni siquiera triunfa merced a la titulación universitaria que tanto esfuerzo ha costado sufragar a su familia. El éxito de Jaime Reyes como superhéroe y como emprendedor hay que achacarlo al destino manifiesto, el braguetazo, y la transustanciación de los signos de identidad y los valores latinos en estilo de vida que cae en lo ofensivo: comer tacos, bailar en la calle y hablar a gritos y todos a la vez de la mañana a la noche.

  • Montaje: Craig Alpert
  • Fotografía: Pawel Pogorzelski
  • Música: The Haxan Cloak
  • Distribuidora: Warner Bros