The Ritual

  • Dirección: David Midell
  • Guion: David Midell, Enrico Natale
  • Intérpretes: Al Pacino, Dan Stevens, Ashley Greene, Abigail F. Cowen, Patricia Heaton…
  • País: EEUU
  • Género: Terror
  • 98 minutos
  • Ya en cines

  • «Cuando una joven es poseída por una entidad demoníaca implacable, dos sacerdotes con pasados muy distantes deben unir fuerzas para salvarla. Uno es un veterano exorcista (Al Pacino), atormentado por su propio fracaso en un caso anterior. El otro (Dan Stevens), un sacerdote joven, lucha contra sus dudas y una fe que se tambalea. Juntos se adentrarán en un ritual que pondrá a prueba sus creencias, su cordura y sus vidas.


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Por Elisa McCausland y Diego Salgado

Los estrenos más relevantes sobre el papel de esta semana han resultado ser discutibles en la práctica. Nos encontramos por un lado con el cine comercial derivativo, en el sentido literal y figurado del término, que representa Ballerina (2025), spin-off de la saga John Wick protagonizado por una Ana de Armas inexpresiva  —nada que ver con su carisma en Sin tiempo para morir (2021)— y a quien tutela cada veinte minutos Keanu Reeves, muestra evidente de la inseguridad que preside este intento por feminizar la fórmula de la acción coreografiada hasta el grado de la abstracción. Todo ello bajo la realización mercenaria de Len Wiseman, muy lejos de sus colaboraciones pulp con Kate Beckinsale en la franquicia Underworld (2003-2016) y Desafío total (2012), su anterior largometraje antes de sucumbir a las series de televisión durante más de una década. La labor de Wiseman es menos determinante para la imbricación verosímil de Ballerina en el Universo John Wick que la debida al director de fotografía Romain Lacourbas.

Y, por otro lado, el cine de autor tal y como lo conciben y promocionan Cannes y otros grandes festivales: Sirât (2025), nueva aventura diegética y extradiegética del cineasta gallego Oliver Laxe por geografías que empiezan siendo liminales, refractarias en buena medida a nuestra presencia, y terminan por constituirse paradójicamente en escenarios inmejorables para las alegorías y divagaciones metafísicas en torno a la condición humana. En Sirât, Laxe apuesta por una supuesta ultramodernidad —sus protagonistas son nómadas del rave en Marruecos— que resulta operativa sobre todo en lo referido al excelente trabajo con la música y el sonido, que, combinado con las texturas fotográficas de Mauro Herce y ciertos encadenados, da lugar a minutos tan brillantes como los que siguen a la caída de una furgoneta por un barranco.

Por lo demás, el intento de articular una odisea alucinógena en la que resuenan los ecos de Werner Herzog y Gaspar Noé ha de lidiar con personajes sin matices, intrascendentes, y una falta de intención visual durante buena parte de la película —achacable quizá a la querencia de Laxe por la mixtura de documental y ficción— que hace chocante su granguiñolesco tercio final de metraje. En línea con esto, es difícil congeniar con unas criaturas de ficción que, siguiendo modas fílmicas de hoy ya apuntadas a propósito de La bestia en la jungla (2024) y reafirmadas por otro estreno de esta semana, MadS (2024), nos hacen creer que bailar desaforadamente en mitad de ninguna parte bajo el influjo de las drogas representa el colmo del radicalismo y la lírica antisistema, cuando no supone más que una expresión límite de alienación política. En este sentido, Sirât vale sobre todo la pena como sátira acerca de tipos humanos irresponsables y egoístas, rebeldes sin causa ni aura muy típicos de nuestra época, que
se topan con el destino que merecen; pero no creemos que ese haya sido el objetivo de Laxe.

Así las cosas, de los estrenos fechados el 6 de junio que hemos podido ver, el más equilibrado entre intenciones y resultados es The Ritual, modesta película de terror abonada a los exorcismos; un subgénero que, pasado medio siglo de El exorcista (1973), sigue gozando de buena salud entre la cinefilia latina de extrarradio. Pese a compartir argumentos —la lucha eterna entre el bien y el mal, las flaquezas psicológicas y morales de los religiosos, la figura compleja del poseído— no todos los filmes de este tipo son iguales. Más bien al contrario, cada vez arriesgan más en sus argumentos a fin de sorprender al espectador, algo que han puesto de manifiesto en los últimos tiempos propuestas feministas como Reza por el diablo (2022) y ejercicios metaficcionales tan bizarros como El exorcismo de Georgetown (2024).

The Ritual se apunta a ese espíritu renovador desde los primeros minutos, pese a la prudencia testimonial que cabría inferir de su presunción de basarse en un hecho real, “el caso de posesión demoníaca más documentado en la historia de Estados Unidos”, ocurrido en la Iowa rural de 1928. Joseph Steiger, el párroco que encarna Dan Stevens —actor adicto tanto al cine de terror como a los personajes esquinados— es retratado como un tipo ligón, más amigo de la psicología y las bellas artes que de la religión, y traumatizado por el suicicio reciente de su hermano. Cuando las autoridades católicas le encargan levantar acta del exorcismo de una joven, Emma (Abigail Cowen), que celebrará el veterano sacerdote Theophilus Riesinger —Al Pacino, un dechado de profesionalidad a sus ochenta y cinco años—, Joseph se rebela contra las facetas más crueles del ritual, nada seguro de que a Emma le beneficie el exorcismo que se le viene encima.


El guionista y director David Midell ya había dado cuenta en NightLights (2014) y The Killing of Kenneth Chamberlain (2019) de su sensibilidad para con las víctimas de trastornos límite de la personalidad y su encaje tortuoso en el cuerpo social. De forma similar, The Ritual es en sus mejores momentos un estudio crítico sobre las tensiones que sacuden a una comunidad de valores morales férreos cuando sus esfuerzos por invocar el bien llegan al extremo de poner en práctica un mal necesario. En este aspecto y el del puro terror cabe destacar algunas escenas: el primer encuentro entre Emma y Joseph, por ejemplo, donde la inestabilidad de la cámara y las disonancias en el juego del plano/contraplano dicen mucho sobre la turbación, las emociones contradictorias que embargan a uno y otro personaje; o esa percepción por Theophilus, mientras se halla en su dormitorio, de que más allá del umbral tenebroso de la puerta acecha una presencia maligna, que de hecho se manifestará más tarde.

Sin embargo, ni estas cualidades, ni la habilidad de The Ritual para deducir de su ajustado presupuesto un ambiente fantasmático y opresivo, bastan para ignorar que dedica parte considerable del relato a un exorcismo sin mostrar demasiado entusiasmo, ni por el proceso, ni por sus implicaciones sobrenaturales. Eso deriva en cierto tedio y la sospecha de que David Midell ha enmascarado sin convicción sus intereses creativos en un registro susceptible de garantizar la financiación de su película. En cualquier caso, es el único de los tres estrenos comentados que se sitúa por encima de las expectativas despertadas.

  • Montaje: Enrico Natale
  • Fotografía: Adam Biddle
  • Música: Jason Lazarus, Joseph Trapanese
  • Distribuidora: Inopia Films